Nike, la empresa de equipamiento y moda deportiva, ha entrado en crisis debido a una serie de problemas con la cadena de suministro. Estos daños han sido provocados a partir de la llegada de la pandemia sanitaria mundial. La Covid – 19 ha impedido la entrega de los productos de esta empresa a nivel mundial, a esto se le ha sumado la escasez de contenedores de envío y falta de personal. Además, el cierre de varias fábricas, situadas en Vietnam e Indonesia, ha dado lugar a un descenso en la creación de los productos.

“Las semanas perdidas de producción, combinadas con tiempos de tránsito más largos, conducirán a una escasez de inventario a corto plazo en el mercado durante los próximos trimestres”, afirma Matt Friend, director financiero de Nike.

¿Un paso hacia la luz o hacia la oscuridad?

La empresa deportiva, para hacer frente a toda esta serie de problemas, tuvo la idea de reducir las estimaciones de ingresos. Aunque muchas empresas opinen que será muy difícil salir del ‘hoyo’.  

Los ingresos del primer trimestre de este mismo año tuvieron un incremento de 16%, aunque no alcanzaron las estimaciones de Wall Street. Los analistas de Credit Suisse también calificaron la empresa como “envidiable” pero abrumada por las presiones de la cadena de suministro. Mientras que los analistas de BTIG, Camilo Lyon y Mackenzie Boydston, han afirmado que Nike “podría resultar demasiado optimista” ya que las fábricas todavía no han abierto y llevará tiempo en retomar todo.

Sin embargo, el negocio de la compañía en América del Norte tiene buenas expectativas. El calzado aumentó un 15%, las prendas de vestir un 27% y los equipos un 29%. La celebración de los Juegos Olímpicos, la temporada de la WNBA y las finales de la NBA, han sido un punto a favor para la empresa, ya que ayudaron a incrementar las ventas.

“Vamos a gestionar todas las palancas que podamos en este entorno de restricción de la cadena de suministro”, afirma John Donahoe, CEO de Nike.