Aunque el comercio electrónico venía creciendo a doble dígito año tras año, la pandemia provocada por el Covid-19, que obligó al confinamiento de la población en sus domicilios y al cierre de establecimientos físicos, supuso un antes y un después para el ecommerce. Por un lado, aquellas personas que aún no se habían acercado al comercio electrónico o que no lo utilizaban de forma habitual, empezaron a hacerlo, convirtiéndose en nuevos compradores online. Por otro lado, ante el cierre de comercios físicos, se empezaron a adquirir a través de este canal más y nuevas tipologías de productos y servicios.
Al mismo tiempo, se generó un incremento de empresas que potenciaban la venta de su producto o servicio a través del canal online para poder seguir facturando sin depender de la tienda física. Estos factores llevaron a que algunas ramas de actividad triplicarán sus ventas frente a la situación prepandémica. Una tendencia que continúa actualmente aunque ya sin tanto impacto de la pandemia y con una alta inflación y la contracción en consumo que ello supone a nivel global. De esta forma, el e-commerce no solo mantiene su crecimiento, sino que ha acelerado su posicionamiento sobre el mercado global, batiendo récords en facturación, cuota de mercado, transacciones y usuarios. De hecho, se prevé que el despliegue de internet a nivel mundial y el crecimiento del e-commerce en concreto siga creciendo y tomando, de forma progresiva, un mayor protagonismo.
Sin embargo, son cada vez más las voces que señalan el impacto negativo del e-commerce en la sostenibilidad frente al comercio tradicional, ya que este modelo tiene un alto impacto en los hábitos de consumo, en la movilidad de las ciudades, en el medioambiente, además de en el desarrollo económico y social de la sociedad. Es decir, un impacto en el desarrollo sostenible que debemos analizar. Para conocer cómo impacta el ecommerce en la sostenibilidad, EAE Business School publicó el estudio “La sostenibilidad en el e-commerce actual. El impacto de nuestra decisión de compra”, coordinado por May López, directora de desarrollo de la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible y profesora de EAE Business School, en el que se ofrecen datos muy interesantes de esta tendencia que cada vez está más presente en las empresas.
El estudio revela que un 53,7% de los consumidores online considera que el actual e-commerce no es sostenible o duda de que lo sea. Al preguntar a público general, sólo uno de cada cinco encuestados considera que el e-commerce actual es sostenible, mientras que el 79,7% de los encuestados duda de la sostenibilidad del modelo. Del estudio también se extrae que 7 de cada 10 compradores online reconocen haber comprado productos por impulso, siendo este impacto mayor en los más jóvenes (9 de cada 10). En el primer trimestre de 2021, fecha de las encuestas, el comercio especializado en alimentación multiplicó por seis su actividad, al igual que los restaurantes triplicaron su volumen de negocio online.
Por otro lado, los envíos exprés (en menos de 24 horas) aumentaron por encima de un 10% cada año. El 15% de los compradores online desea recibir su pedido en el mismo día y el 86% de todos los repartos son solicitados a domicilio. “Esto supone generar unos costes de hasta 3 o 4 veces mayores que los que supone vender los productos en los establecimientos. El quick-commerce tiene un mayor impacto medioambiental, por el incremento del número de desplazamientos con vehículos a media carga y requiriendo más vehículos para la entrega que por lo general son antiguos y muy contaminantes”, señala la directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible.
E-commerce y Black Friday
Campañas de marketing como el Black Friday, que estarán en breves semanas con nosotros, obligan a gestionar, en algunos casos, incrementos del 30% al 40% de pedidos en un corto espacio de tiempo. “Una gestión de picos de producción temporales que incrementa aún más las incidencias durante las etapas de la entrega, empeorando la calidad del servicio y aumentando la ineficiencia de los procesos. Esto implica más entregas fallidas, más residuos, más devoluciones y al mismo tiempo mayor tráfico en las ciudades, con el evidente impacto directo e indirecto en la calidad del aire y en los accidentes de tráfico”, advierte López.
Las políticas que facilitan los procesos de devolución, en muchos casos sin coste adicional para el cliente, están generando que el porcentaje de devoluciones de las compras online se incrementen año tras año, situándose en un 20%-30% frente al 6% de las entregas B2C, lo que sitúa España en el cuarto lugar entre los países europeos con más devoluciones. Estos porcentajes se elevan hasta el 50% de las compras, durante el Black Friday.
Iniciativas para un e-commerce sostenible
Más de la mitad de los encuestados (55,8%) han penalizado a las empresas poco sostenibles con su decisión de compra o están dispuesto a hacerlo. “Movimientos como entregasostenible.org hacen que se reconozca que el e-commerce es necesario y ha venido para quedarse, pero debemos garantizar que sea sostenible desde un punto de vista económico, ambiental y social, primando y reconociendo a aquellas organizaciones que están impulsando los cambios en este sentido”, explican. En este sentido, tres de cada cuatro encuestados valorarían un distintivo que identifique la sostenibilidad de las distintas tiendas de venta online.