Wallapop lleva años cambiando la forma en que entendemos el consumo. En un momento donde la sostenibilidad y la economía circular ganan terreno, la plataforma refuerza su apuesta por un modelo más consciente, local y digital. Hablamos sobre cómo la tecnología y los hábitos de los usuarios están redefiniendo el mercado de segunda mano.
En un mundo donde el consumo rápido y la sobreproducción están siendo cada vez más cuestionados, Wallapop se ha consolidado como una alternativa real hacia un modelo más responsable, local y sostenible. Con una comunidad que crece a ritmo constante, la plataforma no solo facilita la compraventa de segunda mano, sino que promueve una nueva forma de entender la vida útil de los productos. Hablamos con Pol Fàbrega, responsable de sostenibilidad de Wallapop, sobre los retos de escalar sin perder el propósito, la evolución del consumidor digital y cómo la tecnología puede estar al servicio de un cambio cultural.
Ecommerce News (EcN): Wallapop se ha posicionado como un actor clave en la economía circular. Pero en un mercado que también busca rentabilidad, ¿cómo se equilibra el propósito con el beneficio?
Pol Fàbrega (PF): Como en cualquier empresa, en Wallapop aspiramos a ser rentables, pero sin perder de vista nuestro propósito. Creemos firmemente que ambos objetivos pueden ir de la mano. De hecho, en un modelo como el nuestro, que fomenta un consumo más sostenible, cuanto mayor es el uso de la plataforma, mayor es también el impacto positivo en el medioambiente.
Y ese crecimiento no solo es bueno para el planeta, sino también para las personas. Cuanto más crece Wallapop y su comunidad, mayor es el beneficio económico para los usuarios. Según la V edición de La Red del Cambio, el mercado de compraventa de productos reutilizados está generando un impacto económico significativo para los españoles, cada persona genera de media un importe adicional de 1.112€. Si extrapolamos este dato a una perspectiva macroeconómica, la reutilización genera un valor total de alrededor de 13.000 millones de euros, equivalente al 0,86% del PIB español. Es decir, este mercado se está consolidando como un motor económico emergente para las familias y con gran potencial de crecimiento.
EcN: Wallapop ha transformado la manera en la que compramos y vendemos objetos usados. ¿Cómo ha evolucionado la plataforma desde dentro en los últimos años? ¿Principales retos que han enfrentado y enfrentan?
PF: La reutilización siempre ha existido, pero con Wallapop, las personas han podido acceder a comprar y vender objetos que ya no usan de forma más fácil y cómoda gracias a la tecnología. A lo largo de estos años, hemos derribado barreras y prejuicios asociados a la reutilización, normalizándola como una forma inteligente y sostenible de consumo.
En más de una década, hemos acompañado al sector de los productos reutilizados a través de cuatro grandes revoluciones, en las que Wallapop ha desempeñado un papel clave. Desde el paso del entorno online al móvil, momento en el que nace Wallapop, hasta una evolución donde el sector comienza a ser cada vez más similar a un comercio electrónico, donde hemos implementado dentro de la plataforma mejoras en pagos, envíos y experiencia de usuario para facilitar una compraventa más segura, ágil y accesible.
Hoy, estamos inmersos en la cuarta revolución, en la que los productos reutilizados dejan de ser una alternativa para convertirse en la primera opción de compra para los consumidores. Tanto es así que, de acuerdo con LRDC 2024, actualmente el 94% de los españoles se plantea escoger productos reutilizados ante cualquier ocasión de compra.
El reto es seguir construyendo una experiencia de compra cada vez más similar al ecommerce tradicional, facilitar y dar seguridad a las transacciones para que cada vez más gente se una a este modelo de consumo.
EcN: ¿Motivaciones de los consumidores para acceder a este mercado? Tendencias que estáis viendo. Nuevas generaciones, háblanos sobre esto?
PF: El consumidor es cada vez más consciente, pero la sensibilidad al precio sigue siendo un factor determinante, especialmente en el contexto socioeconómico actual. Esta dualidad refleja que las personas quieren consumir mejor, pero también necesitan hacerlo de forma accesible. De hecho, el 65% de los españoles afirma que la compraventa de productos reutilizados les ayuda a optimizar su economía y reducir el estrés financiero.
En este contexto, la reutilización se presenta como una solución a las tensiones entre precio, consumo e impacto sostenible, pues permite a las personas generar valor a través de aquellos objetos que tienen en casa, pero no están utilizando, optimizando así recursos económicos con los que las familias ya cuentan, dándoles una segunda vida y convirtiéndolos en un importe adicional accesible, que pueden reinvertir en aquello que necesitan o quieren. Según La Red del Cambio 2025, los españoles afirman tener en casa productos que no utilizan y que podrían vender por un valor de 404€.
Sobre las nuevas generaciones, si bien el perfil del usuario de Wallapop es bastante transversal, las generaciones más jóvenes destacan por ser quienes están empujando este mercado. Por ejemplo, ocho de cada diez españoles revisan al menos una vez al año los productos que tienen en casa para venderlos, cifra que se eleva a nueve de cada diez en el caso de la Generación Z y los Millenials, quienes ya han incorporado el hábito de analizar qué objetos no utilizan para darles una segunda vida a través de la reutilización
Este comportamiento se refleja también en la frecuencia de uso, puesto que el tramo más joven presenta un 32,7% de usuarios frecuentes, frente al 11,8% que pertenece al grupo de usuarios mayores de 55 años, según datos de La Red del Cambio 2025.
EcN: ¿Cuál crees que es el mayor reto a la hora de comunicar el impacto sostenible de una empresa como Wallapop?
PF: En Wallapop creemos que, para comunicar el impacto, es fundamental hacerlo de forma clara, transparente y, sobre todo, basada en los datos. El reto aquí es comunicar las prácticas de la compañía en términos de sostenibilidad de una manera entendible y creíble, pero sin caer en mensajes banales que acaben creando más dudas al usuario.
En este sentido, desde Wallapop creamos nuestro Modelo de Impacto, un estudio elaborado en colaboración con Deloitte que nos permite medir con precisión la contribución de nuestra comunidad al medioambiente teniendo en cuenta la actividad de nuestros usuarios en la plataforma.
Además, para conseguir que el mensaje llegue directamente al usuario, hemos integrado estos en nuestra plataforma, de tal manera que los usuarios puedan ver y entender su impacto directo al comprar y vender en Wallapop.
EcN: ¿Cuáles son los próximos pasos en la hoja de ruta sostenible de Wallapop? ¿Y a nivel general?
PF: Nuestros próximos pasos están enfocados en seguir fortaleciendo lo que ya hemos venido trabajando a lo largo de estos más de 10 años desde la creación de la plataforma, ser un facilitador para que los objetos circulen y pasen de una persona a otra, permitiendo sí que aquello que ya está fabricado tenga diferentes vidas.
Como empresa creemos que cuanto más éxito tenga la plataforma, y cuantas más personas puedan dar una segunda vida a lo que no usan, mayor será nuestro impacto en la sostenibilidad y en la economía de las personas.
Entre los puntos claves está el impulso de la reutilización como hábito cotidiano, facilitando aún más la experiencia de compraventa, para que más personas la puedan integrarlo en su día a día, con la mejora de nuestros servicios, por ejemplo lo que hemos hecho con Wallapop Envíos, con lo que brindamos a nuestros usuarios una experiencia de ecommerce de calidad.
Asimismo, seguiremos dedicando esfuerzos a entender mucho mejor nuestra huella de carbono como organización y explorar oportunidades de reducción, así como en abrir diálogo con las instituciones para promover modelos de consumo más sostenibles.
EcN: ¿Cómo ves la evolución del mercado de segunda mano en los próximos años?
PF: Con la reutilización como primera opción en la mente de los consumidores, el futuro del mercado de productos reutilizados se presenta no solo optimista, sino también prometedor y en expansión. Este mercado no solo crece en volumen, sino que evoluciona hacia una propuesta más sofisticada, transversal y profundamente integrada en el estilo de vida de las personas.
Ya no hablamos únicamente de una tendencia, sino de una transformación cultural. La reutilización se ha incorporado a la planificación financiera de los hogares y se alinea con una sociedad cada vez más consciente. Prueba de ello es que 9 de cada 10 personas afirman que, en los próximos tres años, comprarán igual o más productos reutilizados que ahora, y que 6 de cada 10 cree que, en cinco años, comprará tantos productos reutilizados como nuevos, o incluso más según los datos de La Red del Cambio 2024.
Desde Wallapop, creemos que aunque aún es pronto para definir con precisión el nuevo modelo de consumo global, la reutilización se perfila como una de las grandes respuestas, al ser un modelo resiliente, accesible y humano.
Además, representa una ocasión única para consolidar una economía más circular, más local y más consciente. Una oportunidad que no sólo genera valor a nivel doméstico, al aliviar la economía de millones de hogares, sino que también se posiciona como un motor de transformación económica, más dinámico, sostenible y alineado con los retos de nuestro tiempo.