Francia ha aprobado un impuesto para los gigantes tecnológicos. El Senado galo aprobó la semana pasada el proyecto de ley para la creación de la conocida como «tasa Google», con la que gravará con un 3% la actividad de las compañías digitales que facturen, al menos, 25 millones de euros en el país y más de 750 millones a nivel mundial.
Pero Trump lo tiene claro: es una estrategia contra empresas estadounidenses. Por ello, le ha ordenado a la oficina de Comercio Exterior de los Estados Unidos que compruebe como de perjudicial es el nuevo impuesto para sus gigantes tecnológicos y amenaza con aplicar aranceles a las importaciones francesas.
La Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos asegura que «la estructura del nuevo impuesto propuesto, así como las declaraciones hechas por funcionarios, sugieren que Francia está dirigiendo injustamente el impuesto a ciertas compañías tecnológicas con sede en Estados Unidos».
Sin embargo, Francia no cesa antes las amenazas y es que para el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, esta «amenaza» es innecesaria. Le Maire explica que es la primera vez en la historia que Estados Unidos abre un procedimiento de este tipo contra el país y destaca que «Francia es un Estado soberano que decide sus propias disposiciones fiscales y continuará haciéndolo».
Así, el país galo quiere solucionar el desacuerdo e invita a Estados Unidos a encontrar soluciones comunes y al nivel de la OCDE para pasar por acuerdos en lugar de amenazas. «Me parece una mejor política para tratar esta cuestión fundamental», añadió Le Maire ante los senadores franceses.