Según la firma de investigación de marketing digital eMarketer, el comercio electrónico sumará a finales de este año transacciones por importe superior a los 1.200 billones de dólares a nivel mundial. Y a la vez que se mueve más dinero, también el ciberfraude va en aumento. El último estudio sobre fraude online del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación revela que el 52,9% de los ciudadanos ha sufrido un intento de estafa a través de Internet en alguna ocasión.
Para lograr que el fraude se materialice, los ciberestafadores tratan de engañar a los usuarios enviando correos electrónicos en nombre de supuestas entidades, principalmente banca en línea y comercio electrónico (41,2% y 39,8%, respectivamente). El último informe sobre fraude online llevado a cabo por CyberSource informa de pérdidas de 3.500 millones de dólares en 2012 tan solo en Norteamérica. Además, un informe de JP Morgan sobre fraude online revela que no hay signos de que el fenómeno esté reduciéndose.
Existe una gran variedad de técnicas de fraude, que van desde el robo de datos personales a través del correo hasta la redirección a webs de comercio electrónico falsas. Pero el dinero no solo se pierde en estafas, sino también por errores en las transacciones, publicidades que exageran la calidad de los productos o simplemente falta de información al comprar.
En el marco del Mes Europeo de la Ciberseguridad, el equipo de expertos de Softonic ha publicado una lista de recomendaciones para hacer frente a una de las principales amenazas a la seguridad informática, las estafas en las compras online.
1. Evitar introducir los datos bancarios. Siempre que sea posible, es preferible utilizar servicios como Paypal o Google Wallet, para no introducir los detalles bancarios cada vez que se haga una compra. Además, ambos servicios cuenta con sofisticados controles antifraude y pueden reclamar el dinero en caso de estafa. Por otro lado, independientemente del método de pago, es recomendable usar una tarjeta monedero o de débito asociada a una cuenta de gastos en lugar de usar la tarjeta principal para las compras online.
6. No hacer clic en enlaces sospechosos. Si no se ha solicitado nada, es mejor no hacer clic. Es una regla muy sencilla que puede evitar el robo de datos. Una tienda online contactará con el usuario para enviar recibos o facturas, pero nunca para introducir contraseñas o datos bancarios.
En general, si la oferta no se ajusta a la realidad y resulta demasiado buena para ser verdad, si el aspecto de la página no parece tener la calidad suficiente, podría tratarse de un engaño. Ante la duda, es mejor detenerse e investigar y, para asegurarse, es preferible guardarlo todo, desde correos y recibos hasta capturas de pantalla que podrían servir como prueba.