El comercio de siempre ha cambiado de soporte. Esa es una realidad que llevamos vislumbrando desde hace ya un tiempo, donde la tienda online ha precedido al soporte físico y ha creado un significativo distanciamiento entre cliente-vendedor y cliente-producto. Pero, ¿cómo hay que considerar este hecho para garantizar las ventas en nuestra empresa?
Como dato destacable, el comercio electrónico en 2013 en España creció un 22,5% en relación al año anterior, lo que hizo un total de 14.400 millones de euros facturados, según el informe European B2C E-Commerce 2014 realizado por la asociación Ecommerce Europe. Pero, a todo ello, cabe tener en cuenta los nuevos hábitos del consumidor que condicionan igualmente el comercio online. “A la gente cada vez le gusta leer menos, por lo que se necesita más información visual para vender un producto y hacer comprender al cliente de la necesidad de éste”, comenta Tomás Escudero, gerente de ventas de la compañía Orbitvu. Además, añade que se debe enfocar toda la energía en reducir la distancia entre consumidor y vendedor, produciendo confianza y sensaciones en el cliente.
La gran competencia que reside en el sector hace que sea difícil mantener un negocio y por ese motivo es importante invertir en la calidad de la información visual, para diferenciarse y optimizar las ventas online, reduciendo al mismo tiempo el porcentaje de carritos abandonados.
La multinacional Orbitvu afirma que para que el cliente visualice una presentación de producto correcta que le pueda incitar a la compra es necesario disponer de una imagen principal y entre 3 y 6 secundarias de detalles, todas ellas coherentes entre sí en cuanto a fondo, que deben ser sencillos, posición, iluminación y tamaño. El hecho de facilitar un “zoom” a la fotografía también es bien valorado por parte del usuario.
Al hilo de la escasa predisposición del usuario por leer los contenidos en relación a producto o servicio, a día de hoy se hace uso de nuevas tecnologías que benefician tanto al cliente como al vendedor en la decisión de compra. Se trata de sistemas que permiten visualizar todos los ángulos del producto, como es la presentación de fotografía en 360º o el vídeo demostrativo, que produce las mismas sensaciones que cuando se adquiere un producto.