No hace falta entrar en demasiados detalles técnicos para entender que la mayoría de emprendedores enfoquen sus startups hacia un modelo de negocio por Internet. Las ecommerce, en todas sus modalidades, se han erguido como estandartes de un modelo de negocio rentable y con perspectivas de crecimiento. Una variante “macro” de las mismas serían las Marketplace, plataformas que ponen en contacto a clientes y empresas para la compra y venta de sus productos y servicios. Si a todos nos viene en mente Amazon, el gran líder en este campo que ya ha conseguido diversificar sus servicios hasta hacerse distribuidor de sus propios productos.
La ventaja competitiva de las potenciales entrantes pasa por analizar con detalle los fallos y aciertos de estos grosos modelos afianzados. Así lo ha hecho Rakuten, un Marketplace japonés que vio en Amazon una gran debilidad: los costes para las empresas eran demasiados altos sobretodo teniendo en cuenta la pérdida identitaria de las mismas al entrar a formar parte de la plataforma. Así, Rakuten quiso aplicar la idea de “un centro comercial” virtual, una manera de poner en contacto a muchas empresas capaces de competir entre ellas dentro de esta plataforma.
Siguiendo la estela de Rakuten, un grupo de emprendedores valencianos presentó en julio del año pasado una plataforma, Tcprice.com, que incidía en corregir debilidades de Amazon, tales como el porcentaje con el gravan las transacciones o la protección de datos de los usuarios que interactúan en la plataforma. Así, este grupo emprendedor puso en marcha un proyecto para la realización de servicios de marketing y publicidad con relación a la prestación de bienes y servicios de todo tipo relacionados con la informática, y en particular con el comercio electrónico, ofreciendo una plataforma online autogestionable por los comerciantes. En dicha plataforma, los usuarios pueden publicar gratuitamente tanto productos como servicios o cupones, algo diferenciador respecto a las competidoras, al igual que lo es el hecho de fomentar las compras en grupo para obtener descuentos. La estrategia de competencia en precios y costes pasa por recortar no sólo en los costes de entrada en la plataforma, sino en aunar en un 3.2% el porcentaje de la comisión y la transacción. Finalmente, escuchando a los usuarios, esta plataforma, gestiona y retiene los cobros y pagos hasta que el cliente pueda valorar si quiere realmente el cobro, momento en el cual hace efectiva la compra.
Pese a las ventajas que esta plataforma puede ofrecer, aún son muchos los aspectos pendientes. De momento sólo tiene un alcance nacional, es decir, sólo participan en ella particulares y empresas nacionales, aunque es probable que, sobretodo por el impulso que les ha dado la especialización en productos electrónicos chinos, pronto lleven a cabo su proyección internacional.
El dinamismo y la vorágine de las TIC y la sociedad de la información que en ellas se sustenta, nos limita a futuribles en el corto plazo, el largo plazo siempre es obsoleto en este campo. Pero por esto mismo, por esta versatilidad y estos cambios constantes, el comercio electrónico se alza como un greenfield donde brotan las oportunidades, tanto para empresarios como para usuarios. Al igual que lo ha conseguido de momento Rakuten o TCPrice, hay millones de ideas susceptibles de brotar con éxito en este campo.