Es evidente a estas alturas que el covid-19 va a cambiar multitud de hábitos, algunos de forma temporal, otros de forma permanente. Las relaciones entre las personas y las empresas están variando y van a seguir haciéndolo. Uno de los aspectos que más va a influir en nuestras vidas es el cambio en los hábitos identificativos. Si pensamos en cómo nos hemos identificado hasta ahora vemos que va a ser necesario buscar nuevas formas de hacerlo o, al menos, evolucionar las que tenemos.
Empezaré por el ámbito físico y usaré ejemplos prácticos para ilustrar a qué me refiero con identificación. El primer caso que quiero comentar es de los lugares a los que estábamos accediendo, y en los que nos estábamos identificando, con lectores de huellas dactilares, los gimnasios, centros de trabajo o lugares de acceso restringido. Obviamente no vamos a querer, ni nos van a permitir continuar usando este tipo de dispositivos que eran de uso público y en los que un número enorme de personas colocaban sus huellas dactilares para ser identificados.
En el mismo caso nos encontramos con las entregas de paquetes en nuestro domicilio. El sistema más habitual hasta el momento consistía en firmar con el dedo en la Tablet o la PDA que el repartidor nos mostraba al entregarnos el pedido que habíamos solicitado previamente. Las propias compañías de logística han abandonado este método. Aunque los niveles de seguridad y veracidad en la identificación han disminuido porque ahora sólo piden (verbalmente) un número de DNI o directamente dejan el paquete en la puerta sin solicitar ninguna información.
En ambos casos existe una solución sencilla y efectiva ya disponible en el mercado. Se puede derivar la identificación hacia algo que todos llevamos encima y no tenemos porqué compartir con otros, se trata de nuestro teléfono móvil, tan sólo hay que “conectar” nuestro teléfono con aquel sistema, dispositivo o entorno con el que vayamos a interactuar leyendo un código QR con la cámara de nuestro teléfono y confirmando nuestra identidad con la huella o la cara que hemos registrado en dicho smartphone para desbloquearlo cuando lo cogemos. Con este sencillo método podemos decirle al torno de acceso a un local o a la Tablet del mensajero que somos nosotros de una forma sencilla, segura y certera.
El mismo proceso podemos llevarlo a cabo para comprar en tiendas. No creo que vayamos a estar muy cómodos entregando y compartiendo nuestro dinero físico (billetes y monedas) incluso nuestras tarjetas y DNIs con los dependientes de las tiendas en las que solíamos comprar. Seguro que nos va a parecer mucho mejor si podemos pagar con el mismo sistema que acabo de describir. Lo cierto es que para poder hacerlo sólo debemos incluir una tarjeta de crédito en la aplicación de nuestro teléfono con la que vamos a identificarnos y confirmar la compra con un “click” de nuestra huella o nuestra cara. Es decir, dar ok a la operación de compra con nuestra biometría.
Pero no sólo vamos a cambiar nuestra forma de trabajar en entornos físicos, también vamos a hacerlo en nuestras actividades online. El crecimiento de este canal está siendo enorme y es fácil deducir que el despegue definitivo de las herramientas online es un hecho que ha llegado no sólo para quedarse sino también para crecer de forma significativa en las próximas semanas y meses. No sería genial que pudiéramos hacer login o registro en una web de la misma forma que hemos descrito para entrar en un local, comprar o recoger un paquete? Claro que se puede, sólo es necesario que la web con la que queremos interactuar haya implementado esta posibilidad, esta forma de identificarse. Si es así, haremos lo mismo que en un entorno físico sólo que en esta ocasión leeremos el código QR en nuestra Tablet u ordenador personal. Si estamos accediendo a ella desde el teléfono ni siquiera será necesario abrir la cámara del smartphone, tan sólo tendremos que confirmar la operativa colocando nuestra huella o nuestra cara en nuestro teléfono móvil. Si estamos haciendo una compra online también podemos realizarla con la tarjeta de crédito que hemos incluido dentro de la app.
El sistema simplifica enormemente los farragosos procesos de alta o el inseguro y molesto login + password que a menudo se nos olvida o incluso nos lo roban y suplantan nuestra identidad. De hecho, para las empresas que están creciendo en su negocio en internet o aquellos que lo están iniciando, esto supone un salto en la facilidad de uso, un incremento en la seguridad y una herramienta para el incremento de ventas. Esta nueva forma de identificación online cubre gran parte de las nuevas necesidades del sector ecommerce por motivos evidentes pero también es fundamental para sectores donde saber quien está “al otro lado de la pantalla” es básico y fundamental como en el elearning para saber quién está realizando un curso o un examen. También en el sector de la salud para la conexión con los pacientes de forma precisa y unívoca.
La herramienta que hace todo esto se llama Biocryptology y es tan sencilla de usar como descargarse una app.
Por Raúl Legaz, Business Development Manager en BIOCRYPTOLOGY