La campaña de Navidad acaba de dar el pistoletazo de salida, representando para el sector de la juguetería entre el 60 y el 70% de las ventas del año, de ahí la importancia capital que estas fechas tienen para los fabricantes de juguetes. Algunos de estos fabricantes aprovechan la temporada más importante de ventas para atraer a los niños mediante diferentes acciones de marketing, para así poder vender juguetes de escaso valor a unos importes difícilmente justificables. Esta es una situación que se repite año tras año.
“Hace unos años, los Reyes Magos trajeron a mi hermana pequeña un juguete en Navidades. Era una máquina para hacer transfer en camisetas que, según el anuncio de la tele, su funcionamiento era tan sencillo como coger una foto y plasmarla en el tejido. Estuvimos todo el día de Reyes intentando poner una foto suya en una camisa sin éxito alguno, el juguete era un verdadero timo, pero además era caro y de una buena marca”, explica Juan Macías, CEO y fundador de deMartina.com, una de las principales jugueterías online de España, quien además ha destacado que en esta ocasión “cambió mi forma de pensar sobre los juguetes y los niños”.
No hace tantos años, los juguetes eran otra cosa. Estaban diseñados para que el niño jugara, para que se lo pasara bien con los amigos, para que volviera a elegir esa marca de juguetes al año siguiente. Pero ahora, la gran mayoría de los juguetes están diseñados exclusivamente para que los padres se gasten el dinero en artículos que duran, escasamente, un día o que ni siquiera llegan a usarse nunca. En definitiva, se trata de juguetes que no funcionan.
Los niños pierden la ilusión
Según un estudio realizado por la juguetería online deMartina, este 2012 la ilusión por un juguete nuevo, para niños entre 5 y 12 años de edad, ha durado entre tres y cinco horas de media, casi el tiempo que el niño tarda en abrir el regalo. Este tiempo llega incluso a ser inferior a las dos horas en ciertos momentos de un alto índice de recepción de juguetes, como pueden ser durante la época de los Reyes y las comuniones.
Para Juan Macías estos datos se deben a que, “los niños ya no saben jugar. La ilusión del día de Reyes les dura unos minutos, el tiempo que tardan en abrir la caja y después se olvidan rápidamente, llega la decepción. Luego guardan el juguete en un armario y ya están pensando en gastar el dinero que les ha dado su abuelo en la tienda de chinos más cercana”.
El CEO de deMartina continúa: “por otro lado, los padres han entrado en este ‘círculo’ y como saben que los niños apenas juegan, les compran juguetes baratos, malos o lo primero que piden. Da igual, es lo que ha pedido, lo que les hace ilusión, es lo que afirman muchos padres. Algunos fabricantes se aprovechan de esto y venden juguetes de 0,1€ a 10€, como pueden ser los Bay Blade, y los padres caen una y otra vez”.
Desde deMartina quieren centrar la atención pública en que este tipo de educación no es adecuada para los niños, puesto que hace que nuestros hijos se muevan por impulsos emocionales consumistas y se pierda el valor de las cosas. De este modo, las futuras generaciones interiorizan cada vez más el concepto “comprar&tirar”, algo que después trasladan cuando se hacen mayores a las relaciones con los demás, al trabajo, al coche y al nuevo teléfono móvil. Este es el modo de vida que nos ha llevado a la crisis global por la que atravesamos.
Fabricantes que enseñan a jugar
Existen fabricantes que piensan en los niños, que diseñan juguetes para jugar y que hacen juguetes para que duren décadas. Se trata de juguetes pensados para niños y mayores, que desean jugar juntos y crear una historia.
Es el caso de fabricantes como Lego o Playmobil, que cuando diseñan un juguete crean una historia en torno al mismo y diseñan una experiencia de juego. Por ejemplo, cuando diseñan la línea de Piratas recrean piratas, soldados y la búsqueda de un tesoro escondido. Pero este tipo de historias se pierden entre las miles de ofertas de los supermercados, donde sólo se promociona una referencia aislada y cuando el juguete llega al niño, lo hace con la historia incompleta, rota e inexistente.
Para Juan Macías, “en estos días muchos niños se van a encontrar con un Castillo de Playmobil y otros juguetes inconexos, nada que en su conjunto le permita tener una experiencia completa de juego. Por ello, los padres deben comprar con cabeza, no solo guiados por anuncios aislados de la tele, y regalar a sus hijos juguetes que se complementen y con los que se pueda disfrutar a la vez”. Además, continúa: “cuando monté la juguetería deMartina.com quise acabar con eso. Por eso, trabajamos líneas completas y sólo con marcas de juguetes buenas, juguetes atemporales, que lleven a los niños a una experiencia de juego completa”.
