Es una realidad que el mobile commerce está despegando en Europa a la misma velocidad que los usuarios se hacen con dispositivos inteligentes. La venta al por menor y el gasto en viajes a través del móvil aumentó durante el año pasado un 70%. Según un informe de la consultora Forrester Research, el gasto en los países de la UE pasará 19.200 millones de euros en 2017, es decir, multiplicando por once su valor actual.
La penetración de los dispositivos inteligentes en el viejo continente es una vendición para los retailers online, especialmente para aquellos que ofrezcan productos o compras por impulso, es decir, adquisiciones que requieren de poca investigación por parte del consumidor. Dentro de esta categoría encontramos libros, software, videojuegos, vídeos, DVD, tickets, etc. Estos productos, los verdaderos impulsores del m-commerce (al menos en su fase inicial que abordamos ahora), supondrán que el m-commerce represente en 2017 el 6,8% del total del gasto en comercio electrónico en toda Europa, que según Forrester alcanzará para entonces un valor de 280.000 millones de euros.
Según el informe de la consultora, los propietarios de teléfonos inteligentes están más predispuestos a convertirse en m-consumers, especialmente porque ya han comprado con anterioridad en línea o han comprado las aplicaciones móviles y contenidos digitales. Pero habrá una categoría que comparativamente le gane mucho terreno a la compra on-line tradicional, e-commerce. Las estimaciones apuntan a que el 35% de la facturación del sector viajes-ocio procederá del comercio móvil en el horizonte 2017.