Marketing y póker son términos y ámbitos muy dispares, pertenecientes a sectores completamente diferentes. A simple vista. Si nos detenemos y profundizamos sobre marketing y póker, veremos que comparten esencias, como en el apartado estratégico. Si ponemos un ejemplo, se verá mejor. El término sizing responde a una apuesta escogida por el jugador de póker en cada partida y que sirve como elemento estratégico. Vencer o no esa mano depende de la estrategia. Lo mismo sucede en el marketing. Que una campaña tenga o no repercusión depende de la estrategia que se implemente, y máxime en estos tiempos donde todo se consume a una gran velocidad y de manera virtual. Veamos, en las siguientes líneas, qué relación se establece entre el marketing y este conocido juego de naipes.

Lo primero consiste en establecer una visión general sobre el póker de manera que lo veamos como algo más que un simple juego de naipes. No solo es una opción a nuestro tiempo de ocio, como puede suceder en otros juegos. El póker exige un alto grado de conocimiento de las numerosas combinaciones de cartas que se pueden generar en una determinada mano. Además, este juego de naipes requiere de un elevado grado de concentración, pues de lo contrario perderemos esa mano de mana muy rápida. El póker también exige al jugador saber interpretar las estrategia de los adversarios, y así anticiparse a las decisiones que éstos puedan adoptar en una partida. Y el control de las emociones y sensaciones es otro elemento clave en el desarrollo de una partida. Y sí, como en todo juego de cartas, está ese elemento denominado ‘farol’.

Promoción y comunicación

Establecidos los entresijos del póker, más allá de las diferentes modalidades y torneos, este juego tiene una estrecha vinculación con el marketing, o viceversa. Ambos son aliados. Ahora mismo, si necesitamos, por ejemplo, establecer una campaña de promoción de un determinado artículo, este juego puede usarse entre los jóvenes debido a la creciente popularidad que está disfrutando, y que tiene mucho que ver con el desarrollo de las nuevas tecnologías y plataformas online. Por consiguiente, queda establecida esta primera relación que tiene que ver con acciones de comunicación y promoción.

Otro factor en común es el universitario. Sí, porque ambos, marketing y póker se estudian en los centros universitarios. El primero es obvio. Hay una serie de reglas y principios que se estudian en los grados de comunicación, empresa y otros estudios. El póker no tiene una carrera al uso, pero es un juego muy relacionado con la estadística y las matemáticas. Saber de números y combinaciones resulta un factor interesante a la hora de desnivelar una determinada partida que esté muy igualada sobre una mesa de tapete verde.

Dicho esto, vayamos a un estudio que versa sobre la relación existente entre el póker y el marketing. Los conocidos economistas Thomas John Miles y Steven Levitt han publicado un análisis sobre esta relación, en donde dejan de manifiesto que este juego de naipes contiene una serie de elementos muy aprovechables en temas de promoción y comunicación, al tiempo que también el póker se puede beneficiar del marketing. Un ejemplo de esta última afirmación está en el crecimiento de este juego entre las nuevas generaciones digitales. El póker es un juego antiguo, pero se ha hecho muy popular actualmente merced a una estudiada estrategia de promoción.

Control de las emociones

Si nos centramos en la estrategia, veremos otro apunte de esta relación entre póker y marketing. El póker es un juego de cartas, pero, a diferencia de otros juegos de naipes, no está estrechamente relacionado con el azar o la suerte. No está de más tener una cierta fortuna a la hora de recibir una buena mano de cartas, pero en el éxito o fracaso de esa mano está la estrategia que se mantenga. Si optamos por una mala estrategia, acabaremos perdiendo, aunque nuestras cartas sean buenas. O viceversa. Lo mismo, puede decirse, que sucede en el marketing. Podemos tener un buen producto, pero si no sabemos hacer una buena promoción y comunicación de las virtudes del mismo, nadie acabará comprándolo. Por ejemplo, si no tenemos presencia online, estaremos ocultando la presencia de nuestro producto a un buen número de personas.

Aparte de una correcta estrategia (dicho esto, nada asegura el éxito en una partida de póker o en una campaña de promoción de un determinado artículo), en ambos casos hay que saber gestionar con las emociones y los sentimientos. En las cartas, cómo decíamos, hay que saber ocultar muy bien nuestros actos reflejos, porque de lo contrario esto va a repercutir negativamente en nuestra estrategia de juego; lo mismo sucede en el marketing. Hay que saber valorar esos aspectos a la hora de comunicar a las personas. En ambos casos hay que ser creativos. Porque cuando se hace una campaña hay que valorar desde la hora a la que se envía el mensaje, a los términos que se emplean, al diseño utilizado y al canal que se utiliza para transmitir el mensaje; así como la actualidad del día a día. Y no es nada sencillo, porque la atmósfera que rodea al usuario es muy cambiante, diríamos que en cuestión de segundos, como en el póker. En un visto y no visto nos vemos de tener unas buenas cartas a todo lo contrario.  

Debido a todo lo anterior, la práctica es otro factor que comparten el póker y el marketing. A base de tener una experiencia y haber vivido situaciones dispares, conseguiremos acercarnos de manera más acertada a nuestro objetivo. Y siempre tener un plan alternativo por si se tuerce algo. Aparte de la práctica, el ser constante es otro elemento común en esta relación que vemos, y la cual se potencia mucho con la llegada del negocio online. Se puede llegar a vender a todo el mundo, pero hay que tener una buena estrategia de marketing; y lo mismo sucede con el póker, pues podemos jugar partidas en cualquier momento y lugar del mundo, pero siendo ágiles en nuestros planes de juego.