Ayer se presentó en Madrid el Informe Cliente 2.033, centrado en los distintos retos y oportunidades a los que se enfrentarán las empresas y administraciones públicas en España, en términos de consumo y de gestión del cliente, en los próximos veinte años. “No se trata de predecir el futuro, sino de dilucidar escenarios posibles”, afirma el estudio.
Elaborado por PriceWaterhouseCoopers (PWC) en colaboración con ICEMD (el Instituto de la Economía Digital de ESIC), el informe enumera la transparencia, la innovación, adelantarse a las decisiones de compra con la tecnología, la gestión en tiempo real, la eficiencia en los procesos, la omnicanalidad, la gestión de la reputación, la creación de una nueva idea de marca y la gestión de la comunicación como puntos principales para preparar a la empresa de cara al cliente del futuro.
Durante la presentación del informe, Javier de Paz, socio de PwC, ha afirmado que “en general, a las empresas españolas nos queda un buen campo por desarrollar. Pero el momento del cambio es ahora y o cambias, o te pasa la ola por encima”.
El evento también ha contado con la presencia de Jordi Sevilla, exministro de Administraciones Públicas y actual Senior Advisor de PwC, quien ha remarcado que “en los tiempos que corren, cuando alguien cree que tiene la respuesta, cambian la pregunta”.
Según el informe, un cliente satisfecho es el mejor activo posible con el que puede contar la empresa, ya que recomendará la marca y repetirá la compra siendo, en definitiva, un cliente fidelizado.
La generación de clientes que predominará en 2.033 ya ha nacido y, a diferencia del tipo de cliente conocido hasta la fecha, se trata de nativos digitales. En la actualidad, más del 90% de los niños españoles de entre 10 y 15 años usa internet y su forma de relación con el entorno está sujeta a una experimentación tecnológica constante.
¿Cómo será el consumidor en España en 2033?
El informe asegura que los cambios sociodemográficos están dibujando un consumidor muy distinto al de la actualidad. Además, las nuevas tecnologías y las tendencias globales cuestionan la viabilidad de los modelos de negocio tradicionales. En este contexto, el cliente, en las próximos veinte años, exigirá mucha más atención.
En relación con los cambios sociodemográficos, el informe señala que la pérdida de peso por parte de Occidente o el desarrollo de un modelo productivo basado en la innovación, con una estructura social en la que el individuo será cada vez más autónomo que nunca son algunos de los cambios más destacados en este ámbito.
Por lo que se refiere a las tecnologías emergentes y aplicaciones de negocio -weareables technologies, big data, cloud computing, impresión 3D, realidad aumentada y robótica- tienen, por su carácter innovador, la capacidad de modificar los patrones de consumo y el propio escenario social y empresarial actual.
Por último, el informe analiza los cambios cognitivos y conductuales de los jóvenes, que por su estrecho vínculo con la tecnología, sus hábitos de consumo se verán condicionados. Solo las organizaciones que sepan modificar sus procesos de gestión de clientes podrán mantener sus posiciones de liderazgo.
En este nuevo escenario, el cliente será más exigente, con mayor capacidad y necesidad de influir. Si las organizaciones quieren ser competitivas en este nuevo mundo, deberán mover ficha para afrontar algunos nuevos retos y oportunidades. Algunos de ellos tienen que ver con gestionar la proximidad sin invasión de los espacios vitales; conocer preguntando lo menos posible; el desplazamiento de la oficina a la calle y la calle, a los foros digitales; la necesidad de asumir una mayor inversión tecnológica, etc.
El informe completo se puede consultar en el siguiente enlace:
http://www.pwc.es/es/publicaciones/espana-2033/cliente-2033.jhtml