Una huelga nacional de dos días ha detenido los puertos más importantes de Bangladesh. Ha puesto en riesgo hasta 200 millones de euros al día en las exportaciones textiles. Los empleados de aduanas convocaron un paro en protesta por la reforma del ente fiscal NBR (National Board of Revenue). Su disolución fue anunciada por el gobierno provisional liderado por Muhammad Yunus, ganador del premio Nobel.
El paro provocó el cese total del movimiento de contenedores durante el fin de semana, particularmente en el puerto de Chittagong. Es el más grande del país, donde se encuentra gran parte del comercio internacional de Bangladesh. La manifestación se produjo en un momento crucial para la industria textil local, con la plena fabricación para la temporada de otoño – invierno. Esto ha intensificado la inquietud entre exportadores y grandes firmas internacionales.
La industria textil constituye cerca del 10% del PIB del país y genera empleo para aproximadamente cuatro millones de individuos. Bangladesh es el segundo país más grande exportador de ropa a nivel mundial, y aglutina alrededor del 8,6% del comercio mundial de artículos confeccionados. De acuerdo con la asociación patronal Bgmea (Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association), una huelga extendida podría generar efectos económicos aún más graves.
Pese a que el gobierno provisional de Bangladesh ha garantizado que la reorganización del NBR no conllevará despidos y busca optimizar la eficacia del sistema fiscal, los empleados han manifestado su miedo a perder autonomía y a una posible desprotección laboral. Como respuesta al paro, el gobierno emitió una declaración en la que instaba al personal a retomar sus tareas para proteger a la economía y a la población. Además alertaba sobre la implementación de acciones drásticas si la protesta persistía.
Finalmente, tras dos días de paro, la actividad portuaria volvió a funcionar el domingo por la noche. Sin embargo, las tensiones entre los sindicatos y el gobierno siguen presentes, en un escenario ya caracterizado por la incertidumbre política después de la caída anterior del gobierno hace apenas un año. La situación ha intensificado el miedo a nuevas crisis que puedan suceder y afectar en una de las cadenas de abastecimiento más importantes para la moda global.