Facebook anunció la semana pasada el lanzamiento de Shops, una noticia que hizo que los títulos de Facebook alcanzaran un máximo histórico en Wall Street: 230,75 dólares. Con esta noticia Facebook informada de la llegada de un nuevo monstruo para competir con Mercado Libre, eBay y Amazon en la oferta de marketplaces.
El lanzamiento de Facebook Shops busca concentrar sus esfuerzos en el ecommerce y facilitar asimismo, la creación y la operación de tiendas dentro de la red social. Sin embargo, Facebook no lo tiene todo ganado, ya que la ecuación del éxito es más complicada.
De acuerdo a un artículo publicado por José Soto Galindo, Editor de El Economista online México, Facebook tiene dos grandes retos en el mundo ecommerce: los pagos y la logística.
«Facebook conoce muy bien el capitalismo digital, tanto que ha ayudado a perfeccionarlo: vigilancia de usuarios-consumidores-ciudadanos, explotación comercial de datos personales, testeo permanente, registro y análisis de datos. Sus principales obstáculos en comercio electrónico son los riesgos que no puede controlar», señala el experto.
1. Los medios de pago. Siguen controlados por instituciones bancarias, lo que obligará a Facebook a incorporarse al sistema tarde o temprano. Su iniciativa de la criptomoneda Libra, para desbancarse del sistema, no le ha salido como esperaba. El proyecto se paró porque los reguladores temían que se diera una adopción masiva de esta moneda y gran parte del mercado quedará bajo el control de un actor privado.
2. En la logística de entrega se materializa el ecommerce en cuanto a la atención directa al cliente. El ecommerce se basa en la experiencia de compra y la parte de la entrega es, posiblemente, la más crucial para determinar si una experiencia de compra ha sido positiva o negativa. En este caso, Facebook puede mostrar su mejor tecnología pero el contacto y la satisfacción de las expectativas de entrega juegan un papel fundamental, y no depende de la red social.
«Hay cosas en las que incluso Facebook tiene un límite y se encuentran en la frontera que divide el mundo digital de unos usos y costumbres centenarios en el mundo físico. ¿Podrá cambiarlas?» concluye José Soto Galindo, Editor de El Economista online México.