Las operaciones logísticas y de transporte son responsables del 25% de las emisiones de CO2 en España según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Lejos de la evolución de países como Alemania o Suecia, donde solo ha crecido un 5% las emisiones de gases o incluso ha disminuido un 1,6%, respectivamente, nuestro país ha aumentado más de un 50% sus emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990.
En este contexto, todos los actores logísticos son conscientes de la necesidad de reducir la contaminación, proteger el medio ambiente, y hacer uso eficiente de los recursos renovables y no renovables para poder ejercer la logística de una forma sostenible.
La huella de carbono, ¿la única oveja negra de la logística?
La logística se ha ganado una posición privilegiada en la estrategia empresarial, con la misión de llevar hasta los consumidores productos al menor precio posible. Sin embargo, que la cadena de carbono va a estar cada vez más sometida a control público es un hecho.
La descarbonización, es decir, la reducción en la intensidad de carbono de la energía utilizada a lo largo de la cadena de suministro (supply chain), es un asunto prioritario para todas las empresas que producen y distribuyen bienes de consumo y ya ha llegado también al marco político. La Unión Europea ha desarrollado un programa, “20-20-20 para 2020”, que propone reducir un 20% las emisiones de CO2 de forma conjunta.
¿Pero, es la huella de carbono el problema más contaminante de la logística? ¿Es la huella de carbono la mayor preocupación social a día de hoy? Lo cierto es que el foco de batalla ha cambiado y actualmente existe una nueva oveja negra: el plástico.
Los días contados
El parlamento Europeo informó el pasado mes de diciembre que los plásticos de un solo uso tienen los días contados en la Unión Europea (UE). El Parlamento Europeo y el Consejo certificaron un acuerdo sobre los residuos que acaban en los mares y que tardan cientos de años en desaparecer. Una medida esencial para el planeta y que es el reflejo de una sociedad cada día más concienciada con este gravísimo problema ambiental.
Uno de los sectores de la economía que más plástico utiliza actualmente es la logística y la distribución, sobre todo la alimentaria. En España estamos aún a años luz de vivir sin plásticos, aunque los citados sectores más implicados, distribución y logística, están dando pasos para reducir su uso.
Uno de los problemas logísticos más graves en cuanto al plástico, según señalan los expertos, es el packaging: el plástico o cartón que envuelve los productos que compramos y que sirve para proteger nuestras compras cuando las pedimos online y nos las traen a casa.
A la hora de crear un buen packaging no solo es importante que éstos tengan un diseño que llame la atención y sea práctico para el consumidor. A parte de todo esto es imprescindible que el packaging se diseñe pensando en la gestión logística, y tenga un envase que sea lo suficientemente resistente durante el transporte. Esta “ley de oro” y la obsesión por la resistencia de los paquetes han desencadenado un modelo de packaging insostenible.
Los datos son claros: los mayores despilfarros se producen en la logística inversa: cuando al cliente le llega el producto y lo devuelve. Un claro ejemplo de ello es el hecho de que haya usuarios que compre dos tallas y luego devuelvan la que no queda bien.
La solución a eso, según plantean diversos expertos, podría ser generalizar las taquillas en las tiendas (que algunas cadenas como Inditex ya tienen) para que el consumidor pueda recoger el producto directamente, sin embalajes.
Caso de éxito: Pernod Ricard
El mundo cuenta con unos «recursos limitados, bajo una enorme presión». En este sentido Pernod Ricard está comprometido con la minimización de los residuos en cada fase del negocio, imaginando, produciendo y distribuyendo sus productos de manera óptima y ayudando a preservar los recursos naturales.
La compañía ha presentado hace unos meses su hoja de ruta en materia de Sostenibilidad y Responsabilidad de aquí a 2030. En ella se establecen ocho objetivos concretos que respaldan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Los ocho nuevos compromisos se centran en cuatro áreas clave: Nutrir la tierra, Valorar a las personas, Anfitriones responsables y Producción circular.
Esta última se centra en materia de embalajes y residuos y tiene como objetivo prohibir los artículos promocionales de un solo uso hechos en plástico para el 2025. Además, el 100% de su packaging será reciclable, compostable, reutilizable o de base biológica. Para el año 2030, el Grupo contará con cinco programas piloto para la distribución circular de vinos y bebidas espirituosas, mejorando las tasas de reciclaje en los 10 mercados más grandes con bajos niveles de reciclaje.
Desfurgonetizando los centros neurálgicos
¿Cómo se adapta el sector a los planes de quitar furgonetas de reparto en las grandes ciudades?
Tras el cambio de gobierno en la capital española, desde la patronal UNO han solicitado al nuevo ejecutivo del Ayuntamiento de Madrid que las nuevas medidas municipales para modificar Madrid Central deben aportar “seguridad jurídica, a través de la planificación, de la no improvisación y de la toma decisiones basadas en los datos reales que ya se pueden obtener a través del big data y de las nuevas tecnologías”, ha declarado un portavoz de UNO a Ecommerce News. “La renovación de las flotas requiere elevadísimas inversiones económicas y la seguridad jurídica es clave para que se materialicen”, indica.
Para las empresas del sector, es clave establecer periodos más flexibles de transición a vehículos de energías renovables y acordes a la oferta real de vehículos de este tipo para el reparto. El objetivo es otorgar un mayor margen de tiempo para poder renovar las flotas de vehículos y para que se pongan en el mercado soluciones tecnológicas, que actualmente no existen, que den respuesta a todas las necesidades logísticas.