El mercado de los productos de segunda mano está creciendo cada vez más, pero sobre todo en los sectores de moda y tecnología. Esta tendencia todavía no ha tenido mucho éxito en el sector del bricolaje y las cosas del hogar, pero Leroy Merlin ha decidido introducirse para poner a la venta productos como taladros, destornilladores o perforadores de segunda mano.
Los consumidores podrán poner a la venta todo tipo de herramientas de bricolaje que estén en buen estado, para que otras personas puedan utilizarlos. A través de la web de Leroy Merlin tendrán que rellenar un cuestionario donde explican el estado técnico y estético de los productos, y a partir de estos datos la web les ofrece un precio. Una vez que la compañía de bricolaje tiene el producto en su poder, envía una tarjeta regalo al usuario con la cantidad acordada. Para los envíos y la validación de los productos, Leroy Merlin contará con Cordon Group, empresa con sede en Dinan especializada en el mantenimiento, la reparación y la renovación de productos.
«De momento nos basamos en un catálogo de 500 referencias que corresponden a las vendidas durante cinco años por Leroy Merlin. Pero, obviamente, el objetivo es ir más allá«, explica.
Las tiendas incluirán un espacio a partir de 2022 para estos productos, que podrán ser tanto de decoración como herramientas de bricolaje. Matthieu Degeorges, responsable del departamento de productos de segunda mano dentro de la marca ha dicho que también servirá para los «productos que han sufrido alguna rotura, han sido abiertos o devueltos y ya no se pueden vender. En lugar de que acaben en el vertedero, los ofrecemos en estos rincones con descuentos que pueden ir del 20 al 80%«.
La marca quiere dar un paso más hacia la sostenibilidad con esta nueva línea de negocio, con la que creen que podrán ayudar a reducir los residuos. Desde la compañía han explicado que muchos de las herramientas de bricolaje tienen tan solo una vida media de 12 minutos, porque «son herramientas que casi todos tenemos, pero que utilizamos muy poco«.
«El objetivo es simplificar la reventa de los objetos para los clientes, pero también ofrecer en nuestro mercado productos menos costosos -al menos un 20% en comparación con su precio nuevo- pero que han sido verificados y ofrecen todas las garantías«, afirma Matthieu Degeoges.
Por ahora este servicio solo se ha anunciado en Francia, pero puede ser que a lo largo de 2022 la compañía decida extenderlo a otros países.