La Asociación para la Gestión del Residuo Textil y el Calzado -formada por Decathlon, El Corte Inglés, H&M, IKEA, Inditex, KIABI, Mango, Primark, Sprinter/JD y Tendam– ha presentado RE-VISTE, el nuevo nombre bajo el cual operará el SCRAP (Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor) a partir de ahora.
A su vez, ha anunciado el inicio de la prueba piloto que arrancará en abril de 2025 y que supervisará y monitorizará la correcta implementación de un sistema eficiente de recogida de este material con la colaboración de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Durante la supervisión se hará un seguimiento de su correcta implementación en seis municipios representativos de los diferentes entornos sociodemográficos. En concreto, será en dos urbanos, dos rurales y dos semiurbanos, con una población total de alrededor de 300.000 habitantes.
España está a la espera de la aprobación final de las nuevas regulaciones de la UE que obligarán a los Estados miembros a separar los textiles de otros residuos antes de emitir normas a las compañías de moda, que cubrirán el coste de la gestión de los residuos textiles, subrayó Marta Gómez, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), a los líderes de la moda en el acto de presentación celebrado en Madrid. Las regulaciones no entrarán en vigor antes de 2026, ya que las autoridades darán a las empresas al menos un año para adaptarse.
La prueba piloto, que tendrá una duración mínima de un año, incluirá la instalación de contenedores específicos en la vía pública y en puntos limpios municipales. Además, se habilitarán puntos de recogida en espacios privados como centros comerciales, tiendas, colegios y parroquias, ampliando la red de recolección a diferentes entornos y facilitando la participación ciudadana.
Una vez que la legislación entre en vigor, las compañías estiman que España necesitará un contenedor de residuos textiles por cada 1.200 habitantes. Las reglas significarán que las empresas que venden más ropa y zapatos probablemente tendrán que pagar más por gestionar los residuos.
En España, solo el 12% de la ropa usada se recoge por separado y el 88% acaba en vertedero, según datos recogidos por Reuters. Cada residente en España desecha 20 kilos de ropa al año, frente a una media de siete kilos en Europa.