Un Juzgado de lo Social de Barcelona ha resuelto que los repartidores de la startup son autónomos, reconociendo, de nuevo, la plena validez de su modelo de negocio. De este modo, la justicia española emite, por tercera vez en menos de un mes, una resolución que valida el modelo de la compañía con los repartidores. Se trata de la sexta sentencia a favor de la compañía.
Dicha sentencia refleja una vez más, a través de hechos probados y teniendo en cuenta el resultado de la Inspección de Trabajo que en 2016 ya validó el modelo de negocio de Glovo, que “la relación demostrada difiere considerablemente de una relación laboral, sin que concurran sus principales características y, por otra parte, se ajusta perfectamente a las condiciones definitorias del trabajo en régimen de TRADE”.
La sentencia detalla que: “el trabajador decidía el momento de inicio y finalización de su jornada, así como la actividad que realizaba durante la misma, seleccionando los pedidos que quería realizar y rechazando los que no quería. No tenía obligación de realizar un determinado número de pedidos, ni de estar en activo un mínimo de horas al día o a la semana, y tampoco la empresa indicaba los recados a realizar ni cuando tenía que comenzar o finalizar su jornada. Podía rechazar un pedido sin sufrir penalización alguna. De hecho, rechazó 55 pedidos previamente aceptados durante la relación”.
En conclusión, se expone que: “la prestación de servicios desarrollada por el actor para la demanda no puede calificarse como relación laboral por no concurrir en la misma las notas definitorias de tal relación y singularmente las de ajenidad y dependencia.”
Después de superar con éxito la primera inspección de trabajo a la que Glovo fue sometida en Barcelona, y tras haber recibido el apoyo de la justicia italiana y de nuevo la española recientemente, el modelo de negocio de Glovo en España se ve de nuevo reforzado gracias a esta resolución judicial.
La compañía, con sede en Barcelona, lamenta que España sea el único país en el que se están judicializando los casos, en lugar de optar por el diálogo y apostar por una regulación específica para un sector nuevo y con un gran impacto económico, en línea con Francia o Reino Unido, que están adoptando sendas leyes relacionadas con la modernización de la economía y las nuevas formas de trabajo.
Siguiendo el ejemplo de estos países, Glovo solicita un marco normativo adaptado a las nuevas relaciones laborales derivadas de la digitalización, sin destruir un modelo que se ha mostrado práctico y útil para todas las partes implicadas. Por ello, la startup española urge al Gobierno y al resto de agentes sociales agilizar la creación de una mesa de trabajo en la que estén presentes representantes del sector, de los trabajadores y de la Administración.