Diariamente en Barcelona se producen más de 420.000 movimientos de furgonetas. El creciente éxito del comercio electrónico amenaza elevar estas cifras a corto plazo hasta complicar su sostenibilidad, tanto para lo contaminación generada como por el colapso viario.
En este panorama ha nacido Geever, una empresa impulsada por Districenter, que plantea cambiar el paradigma del reparto urbano de paquetes dentro de las ciudades partiendo de:
- Flexibles y sensibles a las necesidades de los destinatarios, para que su experiencia de compra sea inmejorable y puedan decidir cuándo y cómo quieren recibir sus pedidos.
- Reducción del 70% de la emisión de contaminantes en la ciudad
- Plataformas que facilitan su carga y descarga en horario nocturno, para así no causar molestias y mitigar el ya saturado tráfico urbano diario.
- Estabilidad y continuidad con la parte más importante de nuestro modelo, los geevers (repartidores), ofreciéndoles un contrato laboral de cuatro horas y el requisito de ser del mismo barrio que el cliente para ofrecer un servicio más cercano y que no suponga un gran esfuerzo para el Geever tener que trasladarse a su puesto de trabajo.
GEEVER
Es una empresa impulsada por Districenter que plantea cambiar el paradigma del reparto urbano de paquetes dentro de las ciudades partiendo de dos premisas principales: grande distribución nocturna y pequeña entrega desde puntos de proximidad muy centrada, entre las seis y las diez de la noche. La propuesta acaba reduciendo un 70% la emisión de contaminantes de los servicios de mensajería tradicionales y que los puestos de trabajo están asegurados con contratos laborales.
Desde su nacimiento, Geever ha repartido un total de 4.000 paquetes en un servicio pensado para articular la última milla de las grandes plataformas de comercio electrónico o aquellas marcas que han apostado por internet para incrementar sus ventas.
Se han invertido entre 650.000 y 700.000 euros para poner en marcha el proyecto. De momento, solo se han desplegado cuatro centros de reparto en trasteros, pero se esperan abrir cinco más en los próximos días.
DISTRIBUCIÓN
Una flota de furgonetas distribuye por la noche los paquetes que serán entregados al día siguiente en una serie de almacenes centralizados, situados en trasteros y plazas de parking. Cada uno de estos puntos de distribución están a una distancia de 750 metros uno del otro.
Al día siguiente, los repartidores asignados a cada uno del centro de entrega reparten los paquetes con un patinete eléctrico – o con carritos, si son paquetes demasiado voluminosos-, especialmente entre las franjas horarias de entre las seis de la tarde y las diez de la noche.
En este negocio es muy crítico estar cerca del cliente final, ya que esto te permite hacer diferentes intentos de entrega. Además, este horario de reparto permite a los geevers encontrar gente tanto en la oficina como en casa. El acierto de entrega es del 98%.
GEEVERS
El último tramo de las entregas se realiza a través de nuestra red de repartidores, los Geevers, que usan medios no contaminantes y residen en el mismo código postal donde dan servicio.
Los trabajadores tienen que ser de barrio, de forma que puedan conocer bien la zona de reparto, incluso responder a una urgencia desde casa. Cada uno de ellos con un contrato laboral de cuatro horas.
A parte, se plantea la recogida en lockers inteligentes en cualquier momento del día o de la noche, en los centros de distribución para los clientes que no quieran esperar al repartidor.
INVERSIÓN
Para la ciudad de Barcelona, abriendo un total de 40 centros, habría bastante para repartir los 350.000 paquetes mensuales previstos, pero no se descarta aumentar la red de centros y con eso reducir la distancia entre punto y punto para ganar capacidad y eficiencia.
La idea es situar centros de reparto en aparcamientos, posibilidad que aún no está perfilada ya que requiere la licencia del Ayuntamiento de Barcelona y permisos de Bomberos, que de momento no han llegado, pero ya se tienen negociaciones muy avanzadas para ponerlo en marcha.
La idea es crecer, una vía es introducir el formato de la alimentación en el reparto, y por otro lado es llevar la iniciativa, que ya es una realidad en Barcelona, hasta Madrid, donde se espera iniciar una prueba piloto este mismo año.
Este modelo es exportable a cualquier ciudad y se plantea una rápida expansión por todas las ciudades de mayor densidad de población del territorio español. A parte permite la posible entrada de socios externos, en caso de que se necesite ampliar la inversión.