Con el aumento de las tensiones comerciales a escala mundial, las compañías están respondiendo con rapidez para proteger sus operaciones ante el impacto de los aranceles. De acuerdo con cifras de Thomson Reuters, el 72% de los expertos en comercio internacional ya están modificando sus fuentes de suministro. De esta manera se ajustan mejor a un ambiente comercial cada vez más incierto.
Las estrategias que están ganando mayor relevancia comprenden la diversificación de proveedores y áreas de adquisición, la modificación de precios, la ampliación de inventarios y la renegociación de acuerdos con términos más flexibles ante modificaciones regulatorias. Estas medidas permiten ganar agilidad ante variaciones en los costos o interrupciones en la cadena de abastecimiento.
Un gráfico compartido por eMarketer demuestra cómo estas estrategias están adquiriendo mayor relevancia entre los líderes del sector. Estos aspiran a proteger sus operaciones antes de que se implementen nuevas políticas de tarifas. Según expertos, la clave radica en prever y no esperar que las modificaciones sucedan, incluyendo análisis en tiempo real y simulaciones de impacto como elementos de la planificación logística.
Además, las repercusiones económicas resultantes de los aranceles ya son una preocupación evidente. Una encuesta realizada por la Cámara de Comercio Internacional señala que el 64% de los ejecutivos de alto nivel temen principalmente por el aumento de costos. Es un miedo que se está traduciendo en decisiones comerciales específicas.
Por otro lado, los datos de Garner evidencian la manera en que las compañías están transfiriendo estos costos. El 30% de los CFOs (Chief Financial Officer) tiene previsto impactar entre el 91% y el 100% del costo arancelario en el consumidor final. Otro 29% decide asumir la mayor parte del impacto, transfiriendo menos del 10%.
Este escenario obliga a que las empresas reconsideren sus estrategias de suministro con una perspectiva más extensa y adaptable. Poseer estrategias alternativas, evaluar proveedores y emplear instrumentos de análisis predictivo ya no es simplemente una ventaja competitiva. Se trata de una exigencia operativa en un mercado mundial cada vez más incierto.