La sostenibilidad y el compromiso ambiental son un imperativo en el sector logístico. Una industria que se ha situado muy por delante de otras en tecnología e innovación aplicadas a estas áreas, muy especialmente tras el crecimiento exponencial del e-Commerce surgido a raiz de la pandemia por Covid-19. Nos movemos en un contexto cambiante en el que se hace imprescindible exigir y plantear soluciones avanzadas, y a la vez prácticas, que estén orientadas a las personas. 

Centrémonos, por ejemplo, en los envases y embalajes, que han sido objeto de debate en el sector en los últimos años tanto por la presión social y legislativa de restringir la utilización de aquellos de un solo uso, como por el cada vez mayor control sobre la utilización del plásticos o la preocupante escasez e incremento de precio del cartón, un fenómeno mundial, este último, impulsado también en gran medida por el auge del comercio electrónico y el trasiego de cajas que supone.

Las soluciones de envasado sostenible son cada vez más demandadas y se están desarrollando de diferentes maneras. Aunque aún no está del todo claro cuáles serán las que desempeñen un papel protagonista en la logística del futuro, nuestros análisis señalan que la circularidad, los envases reutilizables y la inteligencia Artificial (IA) serán las tendencias fundamentales para avanzar en la transición hacia una logística e-Commerce más sostenible. En cualquier caso, hay que ser claros: el éxito de los avances logísticos ha de ir acompañado de un verdadero cambio de mentalidad y de hábitos en la ciudadanía, en general, y en el consumidor e-Commerce en particular. Todas las partes han de implicarse.

Son numerosas las empresas que ya realizan el envío de paquetes a través de cajas reutilizables y fomentan la economía circular. Se trata de una vía muy intetresante para eliminar los elementos de desecho y mantener los productos y el material en uso el mayor tiempo posible. Naturalmente, la creación de una red de retorno de envases sostenibles tiene que ser atractiva para las empresas, cómoda para los clientes y sostenible en sí misma, lo que plantea una nueva serie de retos para las compañías y los gestores de sus cadenas de suministro. 

Otro punto a tener muy en cuenta es que, de media, cerca del 24% del volumen de un paquete utilizado en comercio electrónico lo ocupa aire. Trasladado al espacio necesario en camiones y contenedores para el transporte, representa que hasta cerca de un 50% del espacio total en las cámaras está desaprovechado en cada envío. En consecuencia, hay que desplegar más flotas y contenedores para entregar las mercancías y esto redunda en un mayor encarecimiento del transporte y una mayor huella de CO2. 

Para hacer frente a este reto, hay ejemplos muy significativos, como OptiCarton, una solución basada en IA que utiliza algoritmos para determinar las dimensiones del embalaje y el material de protección necesario para cada envío e, incluso, tiene la capacidad de dividir un pedido en varios envíos si esto reduce los costes y la huella de carbono.

Las primeras estimaciones del proyecto piloto que hemos desarrollado ponen de manifiesto no sólo la reducción del cartón utilizado, sino también el aumento de la eficiencia medioambiental y un ahorro de hasta el 35% en los gastos de envío.

Cambiando hábitos y mentalidades

A menudo se puede pensar que todas las soluciones sostenibles tienen que contar con  grandes presupuestos. Pero no es así.  Las pequeñas y medianas empresas que utilizan el  comercio electrónico no suelen tener los recursos o la demanda necesarios para justificar la inversión en soluciones a gran escala, y aún así pueden aprovechar las tendencias predominantes para ganar ventaja competitiva.

En este sentido, una de las medidas con mayor impacto -y rentabilidad- que pueden tomar las empresas consiste en adaptar las prácticas existentes para promover la sostenibilidad y llamar la atención sobre el uso excesivo de envases de un solo uso. Tomar, en definitiva, una labor didáctica al respecto para con sus clientes. 

Por ejemplo, cada vez es más popular entre las pequeñas empresas que los clientes agrupen los pedidos en una sola entrega, incluso también hay negocios que ya ofrecen la opción de realizar el envío en una caja de cartón preutilizada y en perfectas condiciones. Además, a muchos compradores online no les importa un ligeramente mayor plazo de entrega si ello conlleva una reducción del impacto ambiental. Todo pasa por una correcta gestión de la cadena de suministro y una importante labor de información a los clientes sobre lo que se les propone y qué mejoras y métricas concretas implican esas propuestas en su impacto ambiental. 

Se trata, en gran parte, de responder a la creciente demanda de soluciones más sostenibles por parte de los consumidores, especialmente Millennial y de la Generación Z. Las adaptaciones a pequeña escala están impulsando cambios a gran escala. Es el llamado “efecto bola de nieve”: cuanto más se aceptan estos pequeños cambios en la logística, más rápido se extienden y desarrollan.

Como sucede con cualquier cambio, el crecimiento generará quebraderos de cabeza y aspectos negativos, pero, a medida que las empresas de logística y comercio electrónico respondan a la demanda de prácticas sostenibles, se superarán los obstáculos iniciales, se adaptarán y aplicarán nuevas soluciones, descubriendo en última instancia un valor añadido tanto para sus clientes como para su negocio.