Un año después de salida en la Bolsa de Valores de Nueva York, el gigante chino del ecommerce Alibaba ha vivido más contratiempos que días de vino y rosas en medio de una competencia feroz y la caída del valor de mercado.
Sus acciones han caído casi un 30%, descendiendo de los cerca de 140.000 millones del valor de mercado de la compañía durante su pico en noviembre. Los inversores se encuentran preocupados por los resultados del segundo informe de ganancias publicado el pasado mes de agosto, los cuales reflejan que el volumen anual bruto de mercancías (GMV) tiene el crecimiento más lento de los últimos tres años. El hecho de que China sufra el crecimiento más lento de los últimos 6 años repercute directamente a la compañía de Jack Ma.
Por contra JD.com, su competidor más directo, se encuentra en un momento excelente tras haberse disparado un 61% sus ingresos durante el segundo trimestre, muy por encima del 29% que genera Alibaba, además de un GMV del 82% que también supera con creces a su 34% de crecimiento en este apartado.
Durante este tiempo Alibaba también ha tenido problemas con el asunto de las falsificaciones. En mayo Kering, conglomerado francés propietario de marcas como Gucci o Yves Saint Laurent, emprendió acciones legales contra la marketplace por permitir la venta de falsificaciones de sus productos.
No obstante, Alibaba ha conseguido en este año lograr su objetivo de canalizar el mobile commerce de China: 4 de cada 5 operaciones que se realizan en la segunda economía más importante del mundo a través de este canal son mediante las plataformas móviles de Alibaba, señala un estudio de iResearch. El objetivo de la compañía, apuntó Robert Christie, vicepresidente de Alibaba International Media a CNBC, es el largo plazo: «Alibaba es una empresa que está diseñada para estar durante los próximos 120 años y cada elemento de nuestra estrategia de negocios lo refleja», declaró.