Las redes sociales se han convertido en uno de los principales soportes para la difusión y conexión de las empresas con sus usuarios y/o clientes.Facebook, la red social por excelencia, es una aplicación sencilla, que puede aportar mucho a las compañías, pero que debe tomarse sin embargo muy en serio para que no se vuelva en contra de uno mismo.
A través de las cuentas corporativas, las empresas pueden interactuar con su core business. Hay varios tipos de objetivos que se marcan las compañías y que en virtud de los mismos pueden utilizar su cuenta de una forma u otra. Pueden que unas quieran informar de sus productos y realizar promociones, sorteos, regalos, etc. Otras usan Facebook para relacionarse con sus fans y usuarios, y también algunas pueden utilizar sus cuentas para atraer posibles compradores.
Pero para que todo se convierta en algo positivo para la compañía hay varios pasos que se deben tener en cuenta. Por ejemplo, dotar de contenido al perfil: Para dar sensación de seguridad y atraer a nuevos usuarios, es necesario dotar al perfil con la máxima información sobre la compañía: Actividad, fundación, lugar y objetivos. Aparte de otros puntos que la empresa considere imprescindible.
Aplicar la configuración adecuada: Cuando se va a crear una cuenta corporativa es importante elegir el tipo de configuración. Si se hacen abiertas, se permite que cualquier usuario vea cualquier tipo de información que se añada. Si por el contrario, se quiere dotar de más privacidad habría que elegir una configuración cerrada, donde solo miembros del grupo puedan ver las actividades actualizadas.
Es importante fomentar la interacción con los usuarios. Algo que provoca que aquellos que nos siguen sientan que se les escuchan. Se pueden lanzar preguntas o encuestas, algo que además puede ser positivo para nosotros ya que podemos saber hacia dónde tenemos que dirigir nuestras futuras estrategias.