Esta semana es especial. El domingo es el día de la madre, y desde Ecommerce News queremos visibilizar y también conocer a fondo a algunas profesionales del mundo digital de nuestro país. Mujeres que con sus proyectos o cargos pueden servir de ejemplo a muchas otras para que cada día haya una mejor conciliación familiar y profesional. Se llamará #WomenWeek y en primer lugar hablamos de Laura Baena, fundadora de Malasmadres, una comunidad 3.0 en el que madres (y también padres) comparten intereses comunes en torno a la maternidad y la crianza, y que posteriormente también ha derivado en un ecommerce donde venden productos relacionados con su comunidad. Una comunidad que ya es toda una referencia en España. Y es que no hay más que ver sus cifras: 345.000 seguidores en Facebook, 277.000 en Instagram y 10.995 en Youtube.

Laura es una mujer con las ideas claras y mucha personalidad. Amiga de sus amigos, solidaria y luchadora contra las causas injustas, lleva desde hace 4 años peleando por hacer que las mujeres en España poco a poco se equiparen a los hombres a todos los niveles: personal y profesional. Malagueña, alegre, simpática. Las veces que nos hemos visto siempre acabamos impregnados de ese espíritu guerrero que atesora. Cuando la escuchas hablar, esos argumentos que muchas veces parecen obvios, dichos por ella cobran más fuerza. Los que la conocen la definen como una mujer del siglo XXI, comprometida, feminista, madre, compañera, responsable, y simpática. Una comunicadora que atrae a las masas, que cuenta con un magnetismo especial y un carácter arrollador a parte de una gran personalidad.

De Málaga a Madrid

Laura Baena estudió Publicidad y Relaciones Públicas en Málaga, su tierra. Soñaba con ser Directora Creativa en una importante agencia de Madrid o Barcelona. Tras pasar una crisis en cuarto de carrera, se dio cuenta de que quería ser creativa. Poder pensar ideas, pero también ejecutarlas. Así que, por recomendación de un profesor suyo, decidió cambiar de rumbo su vida y se marchó a Madrid a estudiar Artes Visuales junto a su buena amiga y compañera Carmen Bruno. Según nos explicó ella misma, fueron tres años muy intensos en una ciudad muy diferente a Málaga, que la sirvieron de gran aprendizaje como creativa y persona. Tras presentar su tesis, que acabó con la mejor nota, comenzó a trabajar como diseñadora gráfica, luego como directora de arte y más tarde como supervisora creativa en el que fue su último trabajo como creativa publicitaria, que tuvo que dejar después de ser madre porque la resultaba imposible conciliar.

En ese momento fue cuando se dio de bruces contra la realidad de la conciliación y, como siempre comenta, a la renuncia inevitable cuando eres madre y profesional en este país. Esa situación de crisis la llevó a desahogarse por las noches en twitter bajo el twitter @malasmadres como terapia personal, pero se dio cuenta de que no estaba sola y había miles de mujeres que se sentían como ella: “madres imperfectas, que no se sentían identificadas con el modelo tradicional de madre y que luchaban a diario por no renunciar.”

La lucha social

El Club de las Malas Madres comenzó a crecer y crecer hasta llegar a lo que es hoy. Una comunidad 3.0 que cuenta con más de medio millón de seguidores entre todas sus redes sociales. Llevan cuatro años luchando por la conciliación. Cuatro años desde que lanzaron este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=mteP2e1Cqkc  y comenzaron a dar pasos con varios objetivos: El de concienciar socialmente sobre la necesidad de un cambio social en materias de conciliación, el de visibilizar las situaciones de desigualdad, brecha salarial y renuncia que conlleva hoy en día la maternidad, y asesorar, informar y ayudar a miles de Malasmadres para que conozcan sus derechos y puedan seguir luchando por no renunciar.

Cuatro años de un vídeo y un mensaje claro: “YO NO RENUNCIO”. Para luchar a diario por no renunciar a ver crecer a sus hijos/as y tampoco renunciar a su carrera profesional. Laura es rotunda en este sentido: “Muchas hemos tenido que renunciar, muchas hemos tenido que sufrir las consecuencias de un sistema que no apoya la maternidad como debiera desde los 3 agentes sociales implicados: Gobierno / Empresas / Sociedad, que no educa en valores de corresponsabilidad e igualdad, y que no implica al hombre en los cuidados del mismo modo y no asume la necesidad de un Plan Nacional de conciliación que rompa el muro de la desigualdad.»

Muchos deberes de toda la sociedad, pero que desde Malasmadres no dejarán de luchar por la igualdad. Ahora, además han dado un paso más con su Teléfono Amarillo de la Conciliación: https://eltelefonoamarillodelaconciliacion.com/

Laura y su familia son todo un ejemplo de cómo conciliar y compaginar vida laboral y personal. Ahora que sus dos hijas van al colegio, con mismos horarios y organización, lo tienen más fácil, aunque antes no fue todo tan sencillo. Cuando trabajaba en la agencia, a Laura la resultaba imposible conciliar, “porque el sistema laboral en este país no entiende que necesitas flexibilidad, que un día tu hija se puede poner enferma y necesitas teletrabajar o ausentarte” explica. Ahora que ella tiene su propio proyecto ha diseñado el trabajo para poder conciliar, no solo ella, sino todo el equipo. Tienen el certificado EFR de conciliación, de lo que se siente muy orgullosa de ello y aun así el día a día es difícil. “Tener un proyecto propio es muy duro, nunca ves fin porque siempre tienes tareas pendientes” afirma Laura. “No nos educan en el emprendimiento y es algo que requiere mucha pasión, esfuerzo e implicación. El Club de Malasmadres es un tsunami que te hace sentir que estás surfeando constantemente, pero el cariño y el apoyo de esta comunidad emocional te impulsa maravillosamente. Siento que tengo una responsabilidad y que mi voz es la vos de muchas mujeres.”

Familia, raíces y futuro

Nacida en Málaga, en el seno de una familia de clase media, de padre autónomo y madre ama de casa, tuvo una infancia normal y feliz. De pequeña le gustaba dibujar e inventar historias. Su madre siempre le decía que temía cuando la veía aparecer, pensando: «qué idea traerá hoy en la cabeza». Es curioso cómo pasó de ser mandona de pequeña, quejica de adolescente a líder de mayor. Sus padres han influido enormemente en su desarrollo: Su padre haciéndola creer que los sueños se pueden conseguir si se trabaja mucho y su madre recordándola que nunca se pueden olvidar las raíces y que en las cosas pequeñas reside la felicidad. Ella lo lleva al pie de la letra, porque adora su tierra, lugar al que en cuanto puede se escapa para pasar tiempo con los suyos. Allí en Málaga todo se para, se reencuentra y vuelve a respirar.

Según ella, después de que la maternidad la alejara de muchas cosas, ahora ha vuelto a hacer deporte, “a cuidarme un poco” dice, “reto que tenemos todas las madres hoy en día, así que he decidido empezar a correr, no tanto por las cuidarme físicamente sino mentalmente, ya que me ayuda a desconectar, a buscar otros retos y a superarme”.

Madre de dos hijas que son su guía, cuando la vida se vuelve “loca”, ellas siempre la devuelven a la realidad y la hacen bajar a la tierra. Sin ellas de hecho no hubiera existido el Club de Malasmadres. “Yo siempre quise ser madre, pero ahora no quiero que esa M de Madre aplaste a la M de Mujer. Quiero educarlas en igualdad, en que crean en ellas mismas y en que no renuncien, aunque la lucha diaria sea difícil”.

Su marido, “el buenpadre” como ella le llama, es su mayor apoyo. Sin él no estaría donde está. Según nos dice ella misma, es un hombre corresponsable, feminista que ha creído en ella y en su proyecto. Dio un paso atrás en su carrera profesional, pidiéndose una excedencia el año pasado para que pudieran conciliar mejor como familia. Son polos opuestos y por eso mismo se entienden tan bien. Él es paz, ella es energía pura. Y el equilibrio les permite seguir adelante. “Ojalá algún día no parezca un héroe porque hombres así sea lo normal en esta sociedad desigual” sentencia.