Tras más informes sobre el recalentamiento y explosiones de la batería de los móviles Samsung Galaxy Note 7, la compañía decidió el pasado martes retirar oficialmente su nuevo dispositivo para frenar sus pérdidas, según ha informado Statista.
El nuevo móvil salió en agosto y pese a las buenas críticas durante sus primeros días, la cosa ha ido deteriorando rápidamente hasta llevar a Samsung a tomar esta decisión acerca del que parecía ser su dispositivo estrella. Según algunos expertos esto podría ser el mayor fiasco tecnológico vivido hasta ahora que le costará a la compañía Surcoreana hasta 17 mil millones de dólares, además de un grave deterioro en su imagen.
La primera decisión tomada durante la madrugada del martes fue suspender todas las ventas de este terminal además de pedirles a sus usuarios que lo apagaran. Apenas unas horas más tarde, el fabricante aprobó la suspensión definitiva del proyecto.
Según ha informado El País, la marca ya ha solicitado a sus socios y compañías de telecomunicaciones que le ayuden en la recogida de estos dispositivos. Próximamente el gigante coreano comunicará qué clase de compensaciones dará a los usuarios que han tenido que devolver su móvil, y en España todo apunta a que se abonará el reintegro completo del importe o la diferencia en caso de cambiarlo por otro terminal.
