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Naranjas del Carmen: una historia de crowdfarming y familia

El Crowdfarming es una iniciativa lanzada por Naranjas del Carmen, fundada en el 2010 por Gabriel y Gonzalo Úrculo. Los dos hermanos decidieron lanzar una web donde poder vender los productos que cultivaban, como naranjas, mandarinas, tomates, limones, aceite o miel.

La diferencia, respecto a otras iniciativas de este tipo, es que cada consumidor paga una cuota por el cuidado, recolección y envío de la fruta a su domicilio, de forma que todos los gastos que conlleva el cultivo de un árbol quedan cubiertos por el consumidor interesado. “Naranjas del Carmen planta los árboles en nombre de los clientes y crea un huerto virtual, de forma que cada propietario pueda gestionar su árbol y hacer seguimiento de su crecimiento y evolución”, afirma Gonzalo Úrculo, Co-fundador de Naranjas del Carmen.

Desde el principio decidieron aplicar técnicas de cultivo ecológico y optar por la calidad en lugar de por la cantidad. El resto de agricultores de la zona, acostumbrados a vender su producción a los intermediarios, pensaban que estaban locos. ¿Cómo iban a ser capaces de vender una caja de naranjas a un gallego, a un madrileño, a un francés o a un sueco? ¿Cómo iban a enviarles las cajas el mismo día? ¿Cómo iban a poder cobrarles? La calidad de la fruta y el boca a boca hicieron su trabajo y poco a poco empezaron a recibir pedidos de toda Europa.

El reto de Naranjas del Carmen, con el paso de los años, era conseguir una relación duradera con sus consumidores. En un principio vendían sólo producto, y por esta razón no podían planificar su producción y venta a largo plazo. Con el crowdfarming conseguían una relación duradera con sus clientes y financiar el crecimiento de los árboles. Para ello necesitaban un sistema de cobros que complementara al pago con tarjeta que ya ofrecían como opción a sus clientes. Algunos problemas como la renovación y sustitución de tarjetas bancarias por parte de los clientes, o el exceso de comisiones en este tipo de trámites, podían resolverse si conseguían que el pago se realizara a través de suscripción o domiciliación en su cuenta bancaria. “Comúnmente, la gente cree que es más peligroso dar un número de cuenta que una tarjeta, algo que es completamente falso, ya que cuando realizas un pago a través de un mandato SEPA, sabes perfectamente a qué banco estás transfiriendo el dinero, y por tanto es más transparente”, explica Gonzalo Úrculo.

Por esta razón decidieron probar un sistema que permitiera al consumidor pagar sus pedidos mediante suscripción, es decir, domiciliando su cuota mensual para olvidarse de realizar cada mes un pago, ahorrando por tanto tiempo y molestias al cliente, y asegurando para Naranjas del Carmen el cobro de cada cuota de forma automática, evitando así olvidos e impagos.  La suscripción online es la mejor forma de evitar molestias a los consumidores, ya que no tienen que realizar ninguna gestión con su banco, ni desperdiciar papel en la firma de autorizaciones o contratos.

Naranjas del Carmen encontró la solución en SlimPay, con su sistema de pagos mediante suscripción. “No vendemos un producto final sin más, si no que estamos ofreciendo una relación a largo plazo, ya que nuestros naranjos darán frutos a sus dueños durante 25 años” afirma Gonzalo Úrculo. Cualquier otro método de pago “se nos quedaba corto así que nos dimos cuenta de que SlimPay iba acorde al servicio que ofrecemos” añade.

SlimPay ofrece a los clientes que optan por los pagos recurrentes un método de domiciliación bancaria seguro, intuitivo y eficiente. Además, ayuda a los comercios y empresas a conseguir una alta tasa de éxito de pago y una nueva forma de fidelización de clientes creando una relación a largo plazo con ellos.

En palabras de Jérôme Traisnel, CEO de SlimPay,ofrecemos  una solución flexible adaptada a cada modelo de negocio, siempre a través de domiciliación SEPA, el método de pago más eficiente para gestionar el cobro recurrente. Así se pueden realizar pagos de cuotas mensuales para servicios de uso ilimitado, pagos por uso de servicio, pagos a plazos o pagos únicos de un solo producto, con total comodidad y seguridad para comerciantes y usuarios”.

Gracias a soluciones como la de Slimpay, los productos de Naranjas del Carmen se consumen ya en 15 países de Europa. Levantarse en Galicia, Berlín, Estocolmo o París, y beber un zumo de mandarinas o naranjas recién cogidas del árbol ya es posible.

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