El Black Friday 2019 está a la vuelta de la esquina y con él vendrá una intensa semana de compras. Lo que antes era un evento de apenas un día se ha convertido en un acontecimiento excepcional cuyos efectos se notan durante más de una semana y los comercios intentan maximizar sus ventas prenavideñas.

Según la Asociación Española de la Economía Digital, el Black Friday 2018 movió más de 1.560 millones de euros en compras sólo a través de internet, un 10% más respecto al año anterior. Estas cifras tuvieron una clara incidencia en la distribución y, por ejemplo, en el Reino Unido se calcula que se distribuyeron más de 225 millones de paquetes en todo el país. De hecho, desde los almacenes de Amazon salía un camión repleto de pedidos cada minuto y medio.

Para dar respuesta al incremento en la demanda e incentivar las compras, los comercios online apuestan por realizar cada vez más envíos exprés a precios reducidos, incluyendo entregas garantizadas al día siguiente. Todo esto tiene un gran impacto en las empresas y departamentos logísticos, que tienen que realizar una cantidad extraordinaria de entregas en
una ventana de tiempo muy reducida. Y todo eso sin tener en cuenta las devoluciones, una gran parte de las cuales se realiza de forma casi inmediata.

Se ha hablado mucho de la oportunidad y la presión que todo esto supone para los negocios y comercios online pero ¿qué pasa con los operadores y departamentos logísticos que trabajan incansablemente para empaquetar, enviar y entregar los productos?  Uno de los principales retos a los que deben enfrentarse estos departamentos es el de minimizar los accidentes entre la plantilla. Si imaginamos un centro logístico a pleno rendimiento, probablemente veamos un montón de cajas desplazándose a gran velocidad por las cintas transportadoras y empleados cogiendo, empaquetando y escaneando bultos a un ritmo frenético. También sería muy fácil imaginar numerosas quejas de empleados lesionados por levantar paquetes pesados. De hecho, esta es una de las causas más
comunes de lesiones por movimientos repetitivos o músculo-tendinosas (LMT). Es evidente que el escaneado de artículos de forma repetida y a tales velocidades tiene repercusiones en los operarios.

Para luchar contra estos problemas, las empresas logísticas y los almacenes están invirtiendo en nuevas tecnologías que buscan integrar lo mejor en rendimiento y ergonomía. Por ejemplo, la compañía ASICS Europe BV ha implantado escáneres y ordenadores táctiles en todos sus centros logísticos europeos. Gracias a ello, no solo han aumentado la productividad de sus
empleados en una hora por cada turno, sino que también han recibido el agradecimiento de sus trabajadores (que escanean hasta 2.400 artículos por turno) por reducir el esfuerzo requerido. Estos pequeños ordenadores han sido diseñados para eliminar la necesidad de girarlos para verificar cada escaneado y son capaces de capturar de forma simultánea los códigos de barras, las casillas marcadas, los campos de texto y las firmas, lo que acaba
reduciendo el cansancio de los trabajadores y las lesiones. Otro ejemplo de empresa pionera en este campo es ID Logistics, que ha implementado terminales que se pueden llevar en la muñeca para mejorar la productividad y la eficiencia de los trabajadores móviles en sus
almacenes.

Además de mejorar la seguridad y la salud de la plantilla, la tecnología está revolucionando también la eficiencia de los almacenes en todo el mundo. El uso de la inteligencia artificial está cada vez está más extendido (un solo vistazo al almacén de la empresa Ocado demuestra las increíbles posibilidades de la robótica aplicada a la distribución) y el uso de
otras tecnologías está ayudando a que los empleados gestionen mejor el inventario, la cadena de suministro y los niveles de satisfacción de sus clientes.

En este sentido, se espera que la tecnología de identificación por radiofrecuencia (o RFID, por sus siglas en inglés) y las plataformas de gestión de inventario crezcan un 49% los próximos años, según el estudio The Future of Fulfilment elaborado por Zebra Technologies. El software, el hardware y las soluciones de etiquetado basadas en la tecnología RFID permiten realizar consultas actualizadas de forma inmediata en relación con cada artículo, lo que mejora la precisión del inventario y aumenta la satisfacción de los consumidores, a la vez que reduce la probabilidad de quedarse sin existencias o de cometer errores de reposición. Por ejemplo, nosotros estamos trabajando ya con algunos clientes en el seguimiento de los artículos mediante el uso combinado de tecnología RFID y drones, lo que no solo aumenta la velocidad de las localizaciones, sino que también mejora de forma espectacular la precisión en la gestión de inventario.

Durante estas temporadas de alta demanda, como el Black Friday, cuando se contrata a personal de forma temporal y el tiempo apremia, es esencial que los e-commerce dispongan de tecnología que reduzca el riesgo de error y sea sencilla de utilizar para que los procesos de formación sean ágiles. Por ello, disponer de un solo dispositivo que cumpla con todos estos requisitos, disponga de un diseño resistente, maximice la eficiencia de los empleados y
reduzca el riesgo de lesiones es un factor clave para mejorar la gestión en las cadenas de suministro.

En definitiva, la creciente complejidad del comercio minorista omnicanal está planteando más retos que nunca en la cadena de distribución. Si a ello sumamos el desafío que suponen los grandes picos de ventas en periodos de rebajas, los profesionales de la logística jamás han tenido que enfrentarse a tanta planificación. Así que, mientras los consumidores sacan el máximo provecho de las ofertas, vale la pena dedicar un minuto para reconocer a las miles de personas (y la tecnología) que trabajan incansablemente entre bambalinas.