Las esperanzadoras previsiones económicas para España de la OCDE

España se está convirtiendo en una de las grandes referencias económicas de la zona EURO. Esta idea, que parecía inconcebible hace poco más de una década, cuando el país se veía al borde del rescate por parte de la Unión Europea, es hoy una realidad consolidada. Los datos de crecimiento del PIB, de empleo, e incluso de control de la inflación, colocan la economía nacional en una situación mucho mejor que la de sus vecinos del viejo continente.

Toda esta situación ha sido nuevamente refrendada con la publicación de previsiones económicas. En este caso ha sido la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) la que ha señalado que el producto interior bruto de España experimentará un crecimiento del 3% en este 2024, dos décimas por encima de las previsiones iniciales, que hablaban de un 2,8%.

Estas cifras contrastan con las del resto de la zona EURO, que apunta a cerrar el año con un crecimiento medio del 0,8%, completamente lastrada por el mal momento de Alemania. De hecho, incluso en las previsiones para el 2025, la tasa de subida de España es mucho más positiva que el promedio de sus homólogos europeos: un 2,5% frente a un 1,3%.

Unos datos que, explicados en profundidad, auguran un futuro muy interesante para el país, que parece haber sido capaz de modificar su modelo económico sin sufrir ninguna crisis importante.

Menor inflación y mayor inversión

LA OCDE considera que los problemas de inflación en España terminarán en este 2024. Esta variable cerrará el año con una media de 2,8%, bajando al 2,1% en 2025. Esta reducción es señalada como una de las formas de activar el crecimiento económico, ya que el consumo privado tiene una previsión de subida mayor al 2% tanto en 2024 y 2025.

El mercado laboral también será partícipe de esta situación. El paro acabará el 2024 en el 11,5% y los datos apuntan a que en 2025 llegará al 10,9%. Por su parte, los salarios seguirán creciendo, en principio, por encima de los datos de subida de precios.

La caída de tipos de interés del BCE, sumado a la mayor disponibilidad de renta, prometen una recuperación de ciertas actividades. Se pueden seguir los precios de diferentes activos financieros, como acciones, divisas, materias primas o índices bursátiles en websites especializadas en economía o plataformas de trading con Plus500, o cualquier otra disponible.

Por último, no se puede dejar de lado el sector exterior. En este caso, con un cambio bastante sustancial. Y es que el turismo va a seguir siendo una piedra angular, pero van a aumentar notablemente las exportaciones de otros servicios, como los relacionados con la tecnología o la ingeniería. A esa novedad se puede añadir también que España dependerá muchísimo menos de las importaciones de energía.

Una economía fiable

La complicada aritmética parlamentaria que tiene España complica la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, las conclusiones de la OCDE consideran que el plan fiscal presentado por el gobierno para reducir el déficit público es altamente creíble. Consideran viable una bajada al 2,5% en 2025 y del 2,1% en el 26.

Eso sí, insta a que se consoliden las subidas de impuestos, poniendo como ejemplos el IVA o los tributos ambientales. Además, deja claro que todo está sujeto a ver como avanzan dos escenarios que, a día de hoy, son inciertos para el país.

Por un lado, el que toca más de cerca, el de la DANA. El gobierno anunció varios paquetes de ayuda para las víctimas de la catástrofe ocurrida en la Comunitat Valenciana, lo que va a suponer un alto desembolso público. Falta ver si lo comprometido hasta el momento es suficiente, o si los avances de las actuaciones de reconstrucción implican un gasto mayor.

Por otra parte, no puede dejarse al margen la tensión que se está viviendo en varias zonas del mundo. Esto podría conllevar una nueva subida de los precios de la energía u otras materias primas que, evidentemente, afectarían al desarrollo económico español.

Una desaceleración en el horizonte

Como ya se comentaba al principio de este artículo, las previsiones hablan de que el Producto Interior Bruto español crecerá en menor medida en el año 2025. Esta bajada se consolidará en 2026, cuando ese porcentaje se vaya al 2%. Un dato que la OCDE no considera necesariamente malo, ya que asegura que no habrá problemas si España sigue por la senda marcada por Europa en cuanto a déficit, materia fiscal y gasto público.

Cabe destacar que, si esa predicción fuese correcta, la economía nacional seguiría por encima en cuanto a crecimiento que la media de la zona EURO, que estaría en un 1,5%. Países como Francia o Alemania se situarían claramente por debajo, Estados Unidos seguiría un ritmo de subida similar al español y China conseguiría un incremento muy superior al de estos territorios ya comentados.

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