La Organización Mundial del Comercio (OMC) estimaba que el 2022 permitiría al comercio crecer un 4,7%. Ahora ha tenido que rectificar por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Tras la revisión, prevén que el comercio mundial se desacelere y crezca sólo entre un 2,4% y un 3% en 2022; aunque no aseguran que en los próximos meses no vuelvan a dar nuevas cifras.
La guerra entre Rusia y Ucrania no es el único motivo. Los confinamientos impuestos en China para impedir la propagación de la COVID-19 están perturbando de nuevo el comercio marítimo y complicando aún más la cadena de suministro, que todavía no se había recuperado. Esto podría traer una nueva escasez de insumos manufactureros y una mayor inflación.
Por ahora, las áreas que más se han visto afectadas son el sector de los alimentos, de la energía, de los fertilizantes y de algunos minerales importantes de los que Ucrania y Rusia, ya que estos son proveedores esenciales para los mercados mundiales. La pandemia ya había puesto los precios de la energía y los alimentos por encima de los promedios históricos, y esta situación solo lo ha agravado más.
«La guerra en Ucrania ha causado un inmenso sufrimiento humano, pero también ha perjudicado a la economía mundial en un momento crítico. Su repercusión se dejará sentir en todo el mundo, especialmente en los países de ingreso bajo, en los que los alimentos representan una gran parte del gasto de los hogares«, dijo la Directora General Ngozi Okonjo-Iweala. «Como resultado de la reducción de los suministros de alimentos y de la subida de los precios de los mismos, los pobres del mundo podrían verse obligados a prescindir de ellos. No se debe permitir que eso ocurra. No es el momento de encerrarnos en nosotros mismos. En una crisis se necesita más comercio para asegurar un acceso estable y equitativo a los artículos de primera necesidad. La restricción del comercio amenazará el bienestar de familias y empresas y dificultará la tarea de forjar una recuperación económica duradera de la COVID‑19«, añadió la Directora General.
Los cálculos sobre el PIB estiman que aumente un 2,8% en 2022, lo que representa una disminución de 1,3 puntos porcentuales con respecto a las previsiones anteriores, que era del 4,1%. El crecimiento repuntaría hasta alcanzar el 3,2% en 2023, cifra próxima a la tasa media del 3,0% registrada en el período comprendido entre 2010 y 2019.