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Impacto de la Regulación Europea en la actividad tecnológica

La revolución tecnológica ha llevado a las gigantes digitales a la cima del mundo empresarial y ha transformado la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, este crecimiento desenfrenado ha venido acompañado de un aumento en el escrutinio regulatorio, especialmente en Europa, donde se han intensificado los esfuerzos para supervisar y regular las prácticas de estas empresas, entre otras cosas, por carecer de campeones digitales que puedan hacer frente a los gigantes americanos y chinos.  

En los últimos tres años, las cinco grandes tecnológicas han enfrentado una serie de sanciones que han sacudido el mundo de la tecnología, lo que ha planteado preguntas importantes sobre el equilibrio entre la innovación y la regulación en el sector. Analizamos a continuación, y en detalle, estas sanciones y exploramos su relación con las recientes Leyes de Servicios Digitales y de Mercado Digital de la Unión Europea que entrarán en vigor el próximo año 2024.

Sanciones a las Cinco Grandes Tecnológicas

En la era digital actual, las cinco grandes tecnológicas, Meta Platforms, Inc. (anteriormente Facebook), Google, Amazon, Apple y Microsoft, dominan el panorama tecnológico global. Estas empresas han estado en el centro de la revolución tecnológica, brindando productos y servicios que han transformado la forma en que vivimos, trabajamos, nos conectamos y consumimos. Sin embargo, su crecimiento exponencial también ha suscitado una creciente atención por parte de los reguladores gubernamentales en todo el mundo. En los últimos años, estas gigantes tecnológicas han enfrentado una serie de sanciones notables que han arrojado luz sobre cuestiones clave relacionadas con la competencia, la privacidad de datos y el cumplimiento normativo.

Meta Platforms, Inc. (Meta, antes Facebook)

En diciembre de 2020, la Comisión Europea impuso una multa de 110 millones de euros a Meta Platforms, Inc. Esta sanción se debió a la presentación de información engañosa durante la adquisición de WhatsApp en 2014. Esta multa marcó un hito en la regulación de las adquisiciones tecnológicas y resaltó la necesidad de brindar información precisa en tales operaciones.

Además, en los últimos años Meta ha enfrentado una serie de multas relacionadas con la privacidad de datos, gran baluarte diferencial entre la percepción europea y la del resto del mundo. Entre las sanciones más destacadas se encuentra una multa de 405 millones de euros impuesta a Instagram en 2022 por la Comisión de Protección de Datos (DPC) de Irlanda. Esta multa se debió a que Instagram permitía que menores de edad tuvieran cuentas comerciales y compartieran datos de contacto públicamente, lo que representaba una clara violación de las regulaciones de privacidad.

WhatsApp, propiedad de Meta, también fue multada con 225 millones de euros en Irlanda debido a la falta de transparencia en la información proporcionada a los clientes sobre el

procesamiento de sus datos. Esta sanción resalta la importancia de la claridad y la transparencia en la gestión de datos de los usuarios.

Google

Google, como una de las empresas más influyentes en el mundo tecnológico, ha estado en el centro de la regulación europea en varias ocasiones.

Ya en 2017, la UE abrió la veda del régimen sancionador, imponiendo una multa de 2.420 millones de euros a Google por favorecer su servicio de comparación de compras en los resultados de búsqueda. Estas sanciones subrayaron la determinación de Europa de abordar la competencia desleal en el mercado digital.

En 2018, la Unión Europea impuso una multa récord de 4.340 millones de euros a Google por abuso de posición dominante en su sistema operativo Android. Esta sanción se debió a prácticas que favorecían a los productos y servicios de Google en detrimento de la competencia.

También ha enfrentado sanciones por no obtener el consentimiento adecuado de sus usuarios en relación con el uso de sus datos en campañas publicitarias. En 2021, Google recibió dos multas notables:

La primera multa ascendió a 60 millones de euros y se debió a la falta de consentimiento adecuado de los usuarios, una violación del RGPD que subraya la necesidad de obtener un permiso claro y específico para el procesamiento de datos personales.

La segunda multa, de 90 millones de euros, también se relacionó con la falta de consentimiento adecuado de los usuarios en campañas publicitarias, destacando la importancia de la transparencia en el manejo de datos.

En el ámbito patrio, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) impuso una tercera multa a Google por 10 millones de euros, motivada por la falta de respeto al derecho al olvido de los usuarios, una obligación vía RGPD que permite a las personas solicitar la eliminación de sus datos personales de manera efectiva. Estas multas destacan, de nuevo, la importancia de garantizar que las empresas respeten los derechos de privacidad de los usuarios.

Amazon

En noviembre de 2020, la Comisión Europea acusó a Amazon de violar las reglas de competencia de la UE al utilizar datos de vendedores externos para beneficiar a sus propios productos. Aunque el caso sigue en curso, podría resultar en una sanción significativa y marcar un punto de inflexión en la regulación de las prácticas comerciales de las tecnológicas en Europa, como ya sucedió en varias sanciones en India desde 2018, donde Amazon se ha visto constreñido a limitar algunos de sus modelos de venta digital.

En 2021, Amazon se encontró en el centro de una controversia legal que resultó en una multa de 746 millones de euros impuesta por el Tribunal Administrativo de Luxemburgo. Esta sanción se originó a partir de una queja presentada en 2018 por el grupo francés de

derechos de privacidad La Quadrature du Net. La queja se centraba en supuestas violaciones del RGPD por parte de Amazon en el manejo de datos personales. Esta multa ilustra la importancia de cumplir rigurosamente con las normativas de privacidad de datos, especialmente para las grandes empresas tecnológicas y como muestra de cómo Europa trata como “delicatessen” los datos personales de sus usuarios.

Apple

En julio de 2020, la Comisión Europea inició una investigación formal sobre las prácticas de la App Store de Apple y las acusaciones de competencia desleal. Esta investigación se centró en las restricciones impuestas a las aplicaciones rivales y las tasas de comisión aplicadas a los desarrolladores de aplicaciones.

Además, en 2021, Apple fue multada con 1.100 millones de euros en Francia por prácticas anticompetitivas en su cadena de distribución. Estas acciones reguladoras han planteado preguntas sobre la posición de Apple en el mercado de aplicaciones y su influencia sobre los desarrolladores, siguiendo los problemas que está teniendo la compañía también con empresas americanas debido a su posición dominante, junto con Google, en el mercado de las Apps.

Por no hablar de los problemas fiscales (otro gran caballo de batalla europeo), con la empresa de Cupertino, que habiendo recibido ayudas fiscales por parte del gobierno irlandés acabó provocando una multa de 13.000 millones de euros por impago de impuestos, sanción, no obstante, anulada en 2020 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Microsoft

Aunque Microsoft ha estado relativamente fuera de los titulares en términos de sanciones en Europa en los últimos años: la empresa sigue siendo monitoreada de cerca en relación con temas de competencia y privacidad de datos. Microsoft ha aprendido de sus (costosas) experiencias pasadas con la regulación europea y ha trabajado para abordar las preocupaciones regulatorias en un entorno tecnológico en constante evolución.

Por tanto, es fundamental entender que estas sanciones a las grandes empresas tecnológicas son el preludio de un cambio sustancial en el panorama digital. Aquí es donde entran en lugar las Leyes de Servicios Digitales (DSA) y de Mercado Digital (DMA) de la Unión Europea (UE), que entrarán en vigor en 2024 y que representan un paso significativo en la regulación de la era digital, abordando los desafíos que plantea la omnipresencia de las grandes empresas tecnológicas en nuestras vidas cotidianas. Estas leyes no solo buscan sancionar, sino también establecer un marco regulatorio que promueva la transparencia, la competencia y la seguridad en el entorno digital. En el siguiente apartado, profundizaremos en los detalles de estas leyes y su impacto en el futuro de la tecnología y la economía online.

Leyes de Servicios y Mercado Digital de la UE y las sanciones que cambiarán el futuro tecnológico

Las Leyes de Servicios Digitales y de Mercado Digital de la Unión Europea se entrelazan de manera esencial en su enfoque de control hacia las grandes empresas tecnológicas. Mientras que la Ley de Servicios Digitales establece un marco regulatorio sólido para garantizar la seguridad y la transparencia en el mundo digital, la Ley de Mercado Digital complementa este esfuerzo al prevenir prácticas anticompetitivas y asegurar una competencia justa en el mercado. Ambas leyes comparten la importante característica de imponer sanciones significativas a las grandes tecnológicas en caso de incumplimiento, lo que refleja el compromiso de la UE de equilibrar el poder y promover un mercado digital más equitativo y competitivo.

Ley de Servicios Digitales (DSA)

La DSA es una respuesta directa a la necesidad de regular y supervisar las actividades de las plataformas online, con el objetivo de proteger a los usuarios y garantizar un ambiente digital más seguro y transparente. Sus principales componentes son:

  • Mayor Responsabilidad: Las plataformas online, especialmente las más grandes, deberán asumir una mayor responsabilidad en la gestión del contenido que albergan. Esto significa que se espera que eliminen de manera más efectiva y rápida el contenido ilegal, dañino o perjudicial, como discursos de odio y desinformación, como ha demostrado la reciente exigencia a X.com para controlar dichos mensajes….
  • Transparencia: La DSA exige que las empresas tecnológicas sean más transparentes en sus prácticas, incluyendo la divulgación de cómo funcionan sus algoritmos y cómo gestionan los datos de los usuarios. Esto busca aumentar la confianza del público en el uso de servicios online.
  • Medidas contra el Abuso de Mercado: La DSA también aborda prácticas comerciales desleales y el abuso de posición dominante en el mercado digital. Esto se traduce en un esfuerzo por nivelar el campo de juego para competidores más pequeños y fomentar la competencia leal en el mercado.

Ley de Mercado Digital (DMA)

Por otro lado, la DMA se centra en las grandes empresas tecnológicas que ostentan una posición dominante en el mercado digital. Sus objetivos principales son los siguientes:

  •  Identificación de «Gatekeepers»: La DMA identifica a ciertas empresas como «gatekeepers» o guardianes del mercado (sí, las que estáis pensando más Zalando como bonus track y porque “pasaba por ahí y está feo no meter una empresa europea en este ajo”) basándose en criterios como su tamaño y su influencia. Estas empresas están sujetas a regulaciones más estrictas y a una supervisión más detallada.
  • Prohibición de Prácticas Anticompetitivas: La DMA prohíbe una serie de prácticas anticompetitivas, como el auto-preferimiento, que es cuando una plataforma da prioridad a sus propios servicios o productos sobre los de la competencia. También prohíbe la imposición de restricciones injustificadas a los usuarios, lo que permite a los usuarios disfrutar de una mayor libertad de elección. En la práctica, freno sobre todo a las marcas privadas de Amazon y a servicios de auto promoción de Google, sobre todo.
  • Promoción de la Interoperabilidad y Portabilidad de Datos: La DMA busca fomentar la interoperabilidad entre plataformas y servicios, lo que facilita que los usuarios cambien de plataforma sin perder sus datos o historiales. Esto promueve una mayor competencia y elección para los consumidores.

Ambas leyes establecen sanciones sustanciales para las empresas que no cumplan con las regulaciones, incluyendo multas significativas que pueden ascender a un porcentaje de los ingresos globales de la empresa infractora. Estas leyes representan un hito importante en la regulación de la tecnología y la economía online, con el propósito de equilibrar el poder en el mundo digital y garantizar que las empresas tecnológicas operen de manera responsable y transparente. Su implementación y cumplimiento tendrán un impacto profundo en la forma en que interactuamos online y en la configuración del mercado digital europeo y global. El debate de fondo es si estamos ante una necesidad real o son estrategias de proteccionismo puro y duro ante la incapacidad de desarrollar estrategias europeas digitales con éxito en el mercado.

Y lo de la regulación de la IA…..pues lo dejamos para otro artículo, porque aquí sí que vienen curvas y la manera de regular un aspecto tan espinoso con múltiples aristas es de todo menos sencillo……Eso sí, sigue estando en manos, lamentablemente, de empresas no europeas.

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