En la actualidad, el crédito al consumo se ha consolidado como una de las opciones preferidas por los usuarios para acudir al préstamo a la hora de financiar sus compras. Sin embargo, uno de los mayores inconvenientes viene dado por la cantidad de tiempo que necesitan para verificar toda la información que los clientes aportan.
En este sentido, las grandes corporaciones se enfrentan a tener que reducir los riesgos de morosidad propios de los análisis prematuros o a perder clientes que en el proceso de aprobar el crédito han perdido el interés. Hocelot, consciente de este problema, ofrece distintos servicios a las entidades financieras de créditos (EFC) que verifican la identidad de los clientes durante cualquier paso del trámite en la concesión de créditos en tiempo real, en segundos.
Acorde a las últimas estimaciones de Hocelot, 6 de cada 10 consumidores piensan que la financiación de compras online es una buena manera para poder comprar el bien o servicio que se desea. De hecho, financiar la adquisición de bienes de consumo va adquiriendo cada vez más importancia en el modelo de negocio de grandes corporaciones como la Entidad Financiera de Crédito de El Corte Inglés, que el año pasado desembolsó hasta 6.000 millones de euros para permitir a sus clientes financiar sus compras. No obstante, esta nueva modalidad de pago tiene como principal ventaja la fidelización de clientes.
Problemas en la financiación de compras online
La concesión de estos créditos para bienes de consumo vía online trae consigo un nuevo reto: la verificación y validación de los datos que aporta el cliente. Esta opción acarrea un gran riesgo al no poder dedicarle todo el tiempo que desearían al estudio de la operación, y por tanto esto supone un mayor coste para los clientes. En este sentido, aunque estas corporaciones han comenzado a aplicar procesos de Big Data en sus protocolos de concesión de créditos al consumo, estos procesos de análisis siguen siendo, en su mayoría, analógicos.
Para combatir estos problemas, Hocelot pone a disposición de las EFC servicios como ID Check&Fraud, que cuenta con una plataforma de Big Data que contrasta y verifica la información que introducen los usuarios en cualquier formulario online en tiempo real. Asimismo, Hocelot cuenta también con el servicio Risk Score, que permite a las empresas discriminar a los usuarios tanto por variables negativas como por positivas con tan sólo 7 datos, protegiéndose así frente a potenciales fraudes a la vez que fidelizan clientes. Por medio de estas y otras herramientas, todas ellas digitales, instantáneas y disponibles vía Appi, Hocelot es capaz de realizar un perfil digital de cada cliente en tiempo real, describiendo con precisión los comportamientos de los consumidores de riesgo.
“El motor de búsqueda de nuestras herramientas de análisis: localiza, discrimina y clasifica la información cualitativa y cuantitativa del individuo. De esta forma, somos capaces de aportar información económica fiable y detallada para determinar el límite de crédito y el plazo adecuado para los clientes o potenciales clientes”, comenta Antonio Camacho, fundador de Hocelot. Además, el crédito al consumo, uno de los principales indicadores del clima económico, parece recuperar la salud y los niveles previos a la crisis. No obstante, según ASNEF la financiación para consumo de bienes se incrementó un 14% durante 2016. Sin embargo, estas buenas cifras también vienen acompañadas de otras más negativas, y es que el índice de morosidad en la financiación de bienes de consumo se situó en el 6,57%.
La correcta calificación del riesgo en el préstamo se configura como el mayor reto al que las grandes corporaciones que tienen parte de su negocio dirigido a financiar y potenciar el consumo deben enfrentarse, así como la principal causa detrás de estos malos resultados. “Los establecimientos financieros de crédito son capaces de ofrecer préstamos de hasta 50.000 euros a devolver en un máximo de 96 meses. Sin embargo, asumen un gran riesgo al no contar con herramientas adecuadas para llevar a cabo la verificación de la identidad, así como la evaluación del riesgo de morosidad”, señala Camacho.