Internet ya forma parte de nuestras vidas. La red ha cambiado multitud de modelos de negocio, y el sector del comercio no es ajeno a ello. El ecommerce es uno de los sectores con más crecimiento en todo el mundo, pero también el canal tradicional va a sacar partido del canal online.

Como ya se ha publicado en multitud de ocasiones, las compras a través de Internet crecen a pasos agigantados. El año pasado, el 32,5% de los usuarios en España realizaron compras online, porcentaje todavía mayor en los principales mercados europeos. Durante el 2014 que nos dejaba recientemente, las ventas en comercio electrónico en Europa alcanzaron un volumen de 156.280 millones de euros, con un crecimiento considerable (19%) teniendo en cuenta los 131.610 millones de euros facturados durante 2013.

En este sentido, aunque el 91% de las ventas minoristas en Europa el pasado 2014 se realizaron en tiendas físicas, la presencia en el entorno online es fundamental para las empresas. De hecho, según diferentes estudios, la influencia en las compras en tiendas físicas del canal online es tres veces superior que la del canal tradicional en el ecommerce.

Un informe de Forrester que verá la luz en próximas fechas, afirma que la mayoría de las ventas minoristas en el futuro estarán influenciadas por el canal online. Desde la consultora de hecho, afirman que para el año 2020, el 45% de las ventas en tiendas físicas estarán influenciadas por el canal digital. Pero, cómo los consumidores se ven influidos por la web depende de diferentes factores:

• Comportamientos online: El número de compradores online continúa creciendo en Europa Occidental, y sus comportamientos online están más arraigados que nunca. La población “desconectada” sigue disminuyendo aunque a tasas diferentes dependiendo de las zonas: Casi un tercio de los italianos y una quinta parte de los españoles todavía no está online. Para los consumidores, según el estudio, el precio y las valoraciones son los factores que más influyen en los consumidores a la hora de realizar compras.
• ¿Quién es el consumidor? Una de las claves a tener en cuenta es conocer quién es el consumidor, a qué grupo demográfico pertenece, porque dependiendo de cuál sea, la influencia del canal online será mayor o menor. Según el estudio, los consumidores más sofisticados, con buen acceso a banda ancha a través de dispositivos móviles, son más propensos a ser más influenciados por la web. Los smartphones juegan un papel importante al influir en los canales online y offline a la hora de realizar compras; La mayoría de los usuarios de internet móvil de entre 16 y 24 años utiliza su teléfono en la tienda para buscar información.
• ¿Qué productos se compran? Las ventas de productos digitales están muy influenciadas por la red. Los consumidores son menos propensos a usar el canal online para investigar sobre productos comodity (alimentación y bebidas), sobre productos de alta inmediatez (como flores), o las que requieren una gran investigación previa (joyas, cosméticos, bricolaje). Forrester pronostica que la influencia de la web está creciendo en todas las categorías, aunque algunas crecen de forma más rápida que otras.