La semana pasada, la administración del presidente Donald Trump avanzó sus planes de reforma fiscal que incluye fuertes reducciones de los impuestos sobre la renta de las personas físicas y jurídicas y tiene como objetivo simplificar el código tributario.
Con una tasa de impuestos del 35% sobre los ingresos, Estados Unidos es uno de los países con mayor cargo fiscal a las empresas, que provoca que muchas de ellas aparquen sus ganancias en el extranjero, donde son gravadas con unas tasas más bajas. El presidente Trump planea reducir el impuesto de sociedades hasta el 15% en un intento de recuperar ese dinero e incentivar la inversión en el país.
Sin embargo, no todas las empresas pagan ese 35% en impuesto de sociedades. Las grandes empresas tecnológicas están significativamente por debajo de ese umbral, si bien es cierto que se beneficiarían bastante de una reducción impositiva al 15%. Tomando como ejemplo a Apple, la compañía más rentable del mundo, pagó 15.700 millones de dólares en impuestos sobre la renta durante su último ejercicio fiscal (13.500 MM$ en EEUU y 2.100 MM$ en el extranjero), es decir, un 26,6%. De haber sido del 15%, Apple se habría ahorrado más de 6.000 millones de dólares en impuestos.
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