Día complicado para el gigante de Internet ayer miércoles. Mientras en Alemania Amazon afrontaba su primera huelga general, la compañía presidida por Jeff Bezos hacía públicas sus cuentas. Uno de los datos que se desprendía, y según recogía en Londres la agencia Reuters, eran los números para su filial en el Reino Unido. Las ventas para la compañía durante el pasado 2012 ascendía a 6.500 millones de dólares (unos 5.047 MM€), pero en impuestos Amazon sólo pagó 3,7 millones de dólares (2,85 MM€).
Esta enorme brecha, como es sabido, se debe a que Amazon.co.uk tiene su sede fiscal en una filial en Luxemburgo, donde emplea a unos 500 trabajadores (más de 4.100 en UK), mientras que a efectos legales la empresa en el Reino Unido actúa como proveedor. Además, en las mismas cuentas Amazon UK reconoce haber percibido en concepto de subvenciones por el gobierno local 2,9 millones de euros por su actividad en aquel país.
La polémica está servida, y cada vez son más los retailers que se unen en todos los países europeos en protesta contra la evasión fiscal que presuntamente comenten estas grandes compañías, que no obstante sigue siendo legal en el marco jurídico de la Unión Europea tal y como está ahora estructurada. En cualquier caso, los ejemplos de grandes multinacionales como Apple, Starbucks, Google, Microsoft o Amazon, compañías que ingresan miles de millones de euros y sólo tributan una ínfima parte, ya ha llegado a la agenda política Europea.
Y MIENTRAS TANTO… PRIMERA HUELGA GENERAL EN ALEMANIA
Y mientras en el Reino Unido ocurría esto, en Bad Hersfeld y Leipzig, los dos centros logísticos que Amazon tiene en Alemania y que da empleo a unas 5.300 personas, los trabajadores realizaban la primera huelga general a la que se ha enfrentando la norteamericana en el viejo continente en protesta por el actual convenio colectivo al que están sujetos los trabajadores y que deriva en sueldos muy bajos. Precisamente, la denuncia de una mujer española a las condiciones laborales a las que estaban sujetos, empezó a agitar la situación, que finalmente llegó a los representantes del sindicato Ver.di y que en votación a finales del pasado mes de abril decidieron por un abultado 97% convocar la huelga general de ayer.
Una huelga que comenzó a las 6 de la mañana y que duró hasta el turno de noche, según información del sindicato y que persigue que los trabajadores se vinculen al convenio colectivo vigente para los empleados de la industria del transporte marítimo individual y comercial, que supondría aumentos de los sueldos más bajos en hasta 9.000 euros brutos anuales (además de otras mejoras como un día festivo acordado colectivamente, sueldos más altos para los turnos nocturnos, aumentar el precio de las horas extraordinarias, más tiempo de vacaciones y paga extra). «Más de 1.500 personas tanto de los turnos de mañana y noche han participado en la huelga de amazon. Esto es una clara señal que muestra la gran necesidad de la gente de lograr una protección arancelaria vinculante», señalaba Stefanie Nutzenberger, miembro ejecutivo nacional del citado sindicato.