La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una de las mejores aliadas para aumentar la competitividad de cualquier empresa u organización posicionándose, en la actualidad, como una de las palancas clave de éxito empresarial. El cómo y el para qué hacemos las cosas importa y marca la diferencia en el mercado. Ese cómo es sin duda digital pero ¿es también responsable?
Ninguno de los que estáis leyendo estas líneas concibe ni se plantea que su negocio no sea digital. Es algo natural, lógico y que no podemos concebir de otra forma ya que lo contrario llevaría a una muerte lenta –y no dulce- de la compañía. Al igual que la digitalización tiene que ser un elemento transversal para que sea eficaz dentro de la empresa, la RSC y la
comunicación son pilares estratégicos que articulados de forma correcta -junto con la tecnología- se complementan y retroalimentan mejorando la realidad de las compañías.
Las organizaciones no están formadas por departamentos estanco, ya hablemos de una startup, una multinacional o una pyme. Más bien, todo lo contrario. La transversalidad es una cualidad esencial para que cualquier empresa sea competitiva, eficaz y eficiente e impregna todos los procesos y disciplinas que confluyen en la misma. La transversalidad es la mejor arma para que todos los integrantes de la compañía conozcan y formen parte activa de su estrategia y visión, mejorando de forma notable indicadores financieros y no financieros, definidos en el cuadro de mandos integral, así como de todos las áreas de la corporación. Y si hablamos de transversalidad, tenemos que abordar al menos lo digital y la responsabilidad social.
RSC, Cuestión de confianza
Muchas empresas, quizá por su tamaño, ámbito de actuación o sector piensan que integrar la responsabilidad social dentro de su compañía no va con ellas. Creo que ese razonamiento viene dado por dos motivos principales: desconocimiento y/o falta de ganas. Los que comenzamos en el mundo digital sabemos la travesía por el desierto que nos ha tocado vivir en muchas ocasiones. Los que trabajamos en ambas áreas podemos afirmar que el camino muchas veces es similar.
Sin embargo, estamos en un momento clave para ambas áreas. Y como
siempre, es más una cuestión/hándicap cultural que de otra índole. Quizá nunca se haya dado un escenario tan favorable, a la vez que necesario, para que seamos más responsables. Todas las empresas buscan mejorar sus relaciones con sus ‘stakeholders’ ya que nunca vamos solos en el camino y necesitamos buenos compañeros de viaje. Aumentar la fidelidad, la motivación y sentimiento de pertenencia de empleados, clientes y proveedores, entre otros grupos clave, seguro que es un objetivo clave para
tu empresa. La transformación digital es, al igual que la RSC, un cambio
de mentalidad y una oportunidad de mejorar las organizaciones ya que a lo
que aspira es a generar buenas experiencias.
La RSC es una forma de dirigir y gestionar una empresa de forma ética,
transparente y estratégica para generar valor compartido, prevenir riesgos,
aumentar la reputación corporativa, descubrir nuevas líneas de negocio,
facilitar el acceso a fuentes de financiación y, entre otros muchos beneficios, ser una llave que abre mercados. Es un metodología para poder ser relevantes y sostenibles en el tiempo integrando en la estrategia y en los objetivos de la compañía aspectos económicos o de buen gobierno, medioambientales y sociales.
Las personas como eje
Robert Gately dijo que “la comunicación efectiva comienza con la
escucha”. La RSC, también. Es una fantástica herramienta para humanizar
las empresas digitales y para aportar confianza y fortalecer las relaciones
con todos nuestros grupos de interés ya que las personas son y seguirán
siendo el principal motor de cambio. Ahora se habla mucho de cumplimiento pero tenemos que abordar también el comportamiento y el compromiso, porque esto último es lo que marca la diferencia a la hora de liderar. La RSC es dialogar, escuchar y ser coherente con lo que se dice y se hace.
El mundo digital, el ecommerce o la internacionalización han abierto un
abanico inmenso de oportunidades laborales, empresariales y económicas pero también conlleva hacer frente a grandes desafíos sociales, medioambientales y económicos en los que la ética, la transparencia y el buen gobierno tienen que tener un papel protagonista.
Las desigualdades no entienden de canal online ni offline. La mujer juega
un papel esencial en la transformación digital de las compañías. El mundo tech es un escenario cambiante y disruptivo donde cada vez más mujeres crean, lideran o trabajan en proyectos. Sin embargo, la brecha digital de género es una realidad que frena el talento ya que, por ejemplo, las emprendedoras de startups solo representan el 7% en Europa y Estados Unidos. Si la igualdad de oportunidades no se impulsa en cualquier aspecto, las barreras serán cada vez más altas y los techos más duros. Por eso, la humanidad de la tecnología se verá reflejada en la responsabilidad de las empresas.
La transformación digital es, al igual que la RSC, un cambio de mentalidad y una oportunidad de mejorar las organizaciones ya que a lo que aspira es a generar buenas experiencias
Ecommerce Responsable
Y si hablamos sobre comercio electrónico, ¿crees que los ecommerce
españoles pasan la prueba de la sostenibilidad? La reducción de emisiones de CO2 es una de las grandes asignaturas pendientes del comercio electrónico. Un informe realizado por la Agencia Internacional de Energía entre 1990 y 2013 estudió la relación entre las emisiones de la industria, la generación de energía y el transporte, donde este último generó el 23% del total de emisiones de CO2 a nivel mundial.
Por otro lado, un estudio de Greenpeace afirma que la huella
ecológica del tráfico digital equivale a un consumo del 7% de la electricidad mundial, lo que se traduce a que la industria de las tecnologías de
la información genera a día de hoy el 2% de las emisiones globales de CO2.
Otro aspecto a tener en cuenta es la generación de residuos o el empleo de
materiales respetuosos con el medio ambiente en el embalaje o el packaging.
Y si nos vamos a la parte social, la elección de proveedores es esencial para un correcto desempeño, además de dar un buen servicio. En este punto
lo importante es saber si los derechos humanos se cumplen en toda tu cadena de suministro ya que la responsabilidad de respetar y hacer respetar los derechos humanos no solo es una obligación de
los Estados, puesto que las empresas tienen un rol esencial a la hora de
incentivar o desaprobar determinada conductas. Por otro lado, una compañía es una marca. Muchas empresas no son conscientes de que la elección de un determinado proveedor puede mejorar o perjudicar la imagen y la reputación de la misma.
ODS, compromiso y lenguaje común
Algunos de los principales desafíos a los que nos enfrentamos a nivel global
están plasmados en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible liderado por Naciones Unidas que requiere y exige un compromiso común y universal. Por primera vez en la historia el sector privado juega un papel protagonista para poder contribuir a erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones, fortalecer la paz, reducir las desigualdades, proteger el medio ambiente y combatir el cambio climático, entre otros retos. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas, enmarcadas dentro de la Agenda, recogen en un documento lo que demanda la comunidad internacional para el planeta y abre un amplio espectro de nuevas oportunidades de negocio.
Estos buenos propósitos para mejorar el mundo requieren que convirtamos
problemas en soluciones. Los ODS son una herramienta más para diseñar,
ejecutar y comunicar la responsabilidad social y, además, son una oportunidad de crecimiento. Quizá, si aún no se encuentra dentro de la estrategia de tu compañía, ha llegado el momento de hacerlo. ¿Qué opinas?