Algunas de las medidas de restricción derivadas de las crisis provocada por el coronavirus como el confinamiento o el cierre de comercios ha provocado que el sector textil experimente una gran parón. Dentro de este contexto, compañías como Mango han explotado sus ventas online tratando de compensar la caída en la demanda y el cierre de sus tiendas físicas.

La cadena irlandesa Primark, sin embargo, ha visto sus ventas reducidas a cero, por lo que tendrá que asumir un impacto negativo de 325 millones de euros, como consecuencia del deterioro del valor de sus inventarios. Las consecuencias aún no son medibles puesto que las pérdidas serán millonarias, pasando de ingresar en torno a 744 millones mensualmente a cero, por no contar con un canal de venta online.

La parte menos negativa de esta crisis es que, la cadena irlandesa gracias a la ayuda del Gobierno, ha evitado el despido de la mayor parte de su plantilla de 68.000 empleados, asegurando que tratará de que estos puedan acceder a los programas de protección de ingresos y empleos puestos a su disposición por los gobiernos europeos.

La multinacional sigue en negociaciones con otros involucrados del negocio, principalmente propietarios de edificios, fórmulas para aliviar el pago de rentas del alquiler de los locales de Primark. En conjunto, las diferentes medidas para mitigar costes permitirán a la empresa recuperar alrededor del 50% de sus costes de explotación.