La empresa española Percentil, especializada en la adquisición y venta de prendas de segunda mano, ha iniciado un concurso de acreedores a principios de febrero, con la finalidad de hallar un aliado estratégico que asegure su permanencia en el sector.
Un modelo de negocio en transformación
Fundada en 2012 por Lourdes Ferrer, Luis Ongil y Daniel Bezares, pasó en 2018 a tener un control predominante del grupo suizo Texaid, especializado en reciclaje textil. De acuerdo con los datos más recientes, la compañía cerró el año 2023 con una deuda propia de 529.869 euros y un pasivo que superaba los 4.000.000 de euros. Durante ese periodo, la facturación alcanzó los 2.580.000 euros, con pérdidas de 269.489 euros.
Lourdes Ferrer, la fundadora y consejera delegada de Percentil, ha indicado en la entrevista que la compañía está en constante búsqueda de un «socio ideal que apueste por el cambio de modelo y la continuidad del proyecto». Este enfoque innovador se centra en proporcionar productos de mayor calidad, dando prioridad a las prendas diseñadas para una mayor durabilidad, lo que podría incrementar la rentabilidad del modelo de negocio.
Colaboraciones y alianzas estratégicas
“Es importante que no se destruyan más de trece años de valor que hemos generado”, afirma la consejera. Actualmente, Percentil funciona desde un depósito de más de 5.000 metros cuadrados en Getafe (Madrid), administrando un inventario cercano a 160.000 en ropa y contratando a 36 empleados.
Además, la compañía participa en la recolección y administración de ropa de segunda mano para empresas como C&A y Springfield, administrando la recogida en aproximadamente 70 establecimientos del grupo Tendam y llevando a cabo un proyecto piloto con Scalpers el año anterior. Además, ha trabajado en conjunto con la plataforma de compras personalizadas Lookiero, comercializando una porción de su sobra mediante Percentil.
Pese a los problemas económicos, Percentil continúa manteniendo una base de 700.000 clientes, de los cuales 24.000 han efectuado compras en el último periodo de dos años. Su modelo empresarial, fundamentado en un managed marketplace, posibilita a los usuarios comercializar su ropa en la plataforma sin tener que lidiar con la logística, dado que la compañía se ocupa de la recogida, administración y distribución de los productos, ganando un porcentaje por cada transacción.
No obstante, la presión en los precios en el mercado actual representa un reto significativo. De acuerdo con Lourdes Ferrer, aún no se ha incorporado completamente la segunda mano en la industria de la moda, aunque es una tendencia que «se va a acabar por imponer». Sin embargo, avisa sobre la imposibilidad de que la reventa continúe funcionando bajo las normas del fast fashion, con rebajas agresivas promovidas por grandes corporaciones como Shein.