Según los últimos datos que manejan varias consultoras, España es uno de los países donde más utilizamos Internet para buscar productos, sin embargo, todavía nos resistimos a realizar las compras online: la tienda física y las transacciones en efectivo todavía dominan el panorama de las ventas en los negocios. A pesar de ello, los españoles estamos a la cabeza en el uso de smartphones y, por ende, de las tecnologías móviles y sin contacto, que están provocando un proceso de conversión en el mundo de los pagos, digitalizándolos poco a poco, en una evolución sin retorno.
Ante esta dicotomía, es importante que los puntos de venta apuesten por una convergencia de los diferentes canales. Para ello es necesario que el proceso de pago sea simple y transparente: el reto para los negocios es poder empezar un proceso de compra en un canal y poder acabarlo en otro, y que este procedimiento siga siendo rápido y seguro.
En este sentido, el uso de las tarjetas para efectuar pagos, ya sean de crédito o débito, se han popularizado junto con las operaciones en efectivo hasta el punto de que casi el 95% de los negocios aceptan este tipo de transacciones, según el informe ‘El futuro de la aceptación de pagos 2017’ elaborado por UniversalPay. De hecho, los últimos avances en este aspecto vienen de la mano del contactless. La implementación de este sistema de pago se va haciendo hueco entre los más populares y se utiliza cada vez más ya que casi la mitad de los negocios tienen la opción de realizar esta operación.
Es evidente que la adaptación a los medios de pago es fundamental para la buena marcha del negocio porque, además de proporcionar seguridad al vendedor, crea fidelidad entre los clientes, que ven colmadas sus pretensiones a la hora de realizar el proceso más delicado del momento de compra, el pago. Por eso, atender a las demandas de los consumidores provocará una integración de los pagos digitales en la sociedad y, por consiguiente, el usuario alcanzará una mayor madurez.
“El uso de las tarjetas para efectuar pagos, ya sean de crédito o débito, sehan popularizado junto con las operaciones en efectivo hasta el punto de que casi el 95% de los negocios aceptan este tipo de transacciones, según el informe ‘El futuro de la aceptación de pagos 2017’ elaborado por UniversalPay
A esta integración ha ayudado sin duda la entrada en vigor desde enero de 2016 del cobro generalizado de comisiones en la retirada de dinero de los cajeros automáticos de las entidades bancarias, que incrementó el coste del efectivo un 4%. Esta evolución de los pagos también es consecuencia del desarrollo del comercio electrónico, que se va posicionando dentro del tejido empresarial de nuestro país. De hecho, según un estudio de diData, el 11% de las pymes españolas ya operan en eCommerce, y el 69% de sus webs ya están adaptadas a móviles, porcentaje que asciende al 99% si hablamos de tiendas online. Según datos de la CNMC, la facturación trimestral en comercio electrónico superó en el tercer trimestre de 2016 los 6000 MM de euros por primera vez: sectores de negocio como la moda, la salud y la belleza ya están consolidados; aunque el abanico comienza a abrirse exponencialmente y a buen ritmo hacia otras cuotas de mercado, como, por ejemplo, el sector turístico.
Estos datos ponen de manifiesto que no solo las grandes plataformas multinacionales están preparadas para vender a través de Internet, cada vez son más los comercios que, sin disponer de una web potente, pueden asociarse a los marketplaces para acceder a un mayor número de potenciales clientes: la economía colaborativa suma adeptos entre las pymes y ahorra además inversiones que para determinados negocios pueden ser determinantes.
Es una de las prácticas habituales entre los comercios: por un lado, tener contratados los servicios de aceptación de pago con más de un proveedor y, por otro, contar con una plataforma de pagos online para vender por Internet. Un 87,5% de la muestra que ha participado en el informe de UniversalPay cree, en este sentido, que la tecnología mejora la experiencia al cliente y ayuda a fidelizarlos para conseguir el desarrollo de su negocio. Sin embargo, hay menos opciones a la hora de dotar al usuario de una experiencia multicanal, ya que solo el 17,3% ofrece operativas de compra que combinen varios canales de venta, como comprar online y recoger en tienda. Un 75% de los comercios piensa que una mayor gama de métodos de pago fomenta la lealtad con el cliente.
Y porque esta fidelidad del consumidor es clave en el desarrollo positivo de un negocio, los comercios apuestan por la innovación en medios de pago. Aunque a corto plazo, durante este 2017, la inversión en este sentido se basará principalmente en terminales de tarjetas, el 31,5% lo hará en pagos online y el 28,8% en las aplicaciones móviles.
De momento, solo el 14% de los españoles afirma tener ya instaladas en su teléfono móvil aplicaciones para efectuar pagos, de los que un 5% lo hacen de forma habitual y otro 9% de manera ocasional. Así lo afirma un estudio reciente de Visa, que también pone de manifiesto que el 56% de los encuestados cree que la tendencia a pagar con el móvil seguirá en aumento y un 43% de aquellos que nunca han utilizado el móvil para efectuar sus compras en tiendas asegura que le gustaría hacerlo.
En efecto, la venta multicanal es ya una realidad y el siguiente paso al pago a través de apps móviles son las ‘aplicaciones invisibles’. Esta manera de construir aplicaciones está cambiado el modo de interactuar de los usuarios y han incrementado el mCommerce un 7% en el último año, gracias a las facilidades y a la rapidez para completar el proceso de compra. En la actualidad, el pago vía móvil ya copa el 22% de la facturación total del comercio electrónico.
Es importante la adaptación de los comercios a las nuevas realidades de compra de los usuarios, pero para adoptar de forma definitiva el pago digital es necesario implementar herramientas de seguridad y de autenticación para pagar a través de Internet. En este sentido, la biométrica va a desempeñar un papel fundamental y los eCommerce podrán por fin consolidarse como agentes activos del desarrollo del comercio y de la múltiple oferta de servicios digitales que se generan en nuestro país.