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¿Cómo ha evolucionado el ecommerce en China durante la crisis COVID-19?

China fue el primer país sacudido por el brote COVID-19; más de dos meses que han sumido a la nación en un letargo retransmitido prácticamente por streaming. Cuando parece que su sociedad acaricia la victoria (en el mundo occidental, un anhelo aún lejano), ha llegado el momento de recoger los escombros economicos. En esta crisis, China ha marcado los tiempos para el resto del mundo, siempre con la mirada puesta en la evolución del brote en el país para preveer y prevenir mayores catástrofes socioeconómicas. En este punto, hemos analizado cómo ha evolucionado la economía y el ecommerce en el país y cuáles han sido las claves. ¿Qué puede aprender España de China?

Un mensaje de optimismo y una clave

Si existe un referente chino sobre comercio electrónico, ese es Alibaba. En una entrevista a Alba Ruiz, Responsable de Desarrollo de Negocio de Alipay y Alibaba Group para España y Portugal, la experta ha querido arrojar luz sobre las posibilidades que nos traerá la crisis: «En chino, la palabra ‘crisis’ está compuesta por dos caracteres: el carácter de ‘peligro’ y el carácter de ‘oportunidad’. Oportunidad para las empresas de innovar y usar la tecnología para hacer frente a situaciones imprevistas».

China ha demostrado la importancia de la innovación digital y la tecnología para superar circunstancias inesperadas como la Covid-19. Una de las claves del mercado ha sido la retransmisión en vivo, una herramienta poderosa que ha crecido como la espuma durante las semanas de crisis. 

“Las marcas han confiado en las retransmisiones en vivo para continuar interactuando con su audiencia”, afirma Alba Ruiz. En respuesta a esta creciente demanda, en Alibaba, activaron Taobao Live en febrero, reduciendo costes para ayudar a los vendedores a transmitir en vivo y lanzar nuevos productos. 

Otro de los hitos clave en China ha sido evitar “aplazar” la economía a mejores momentos, algo que no se está haciendo en el mundo occidental. Eventos como la Semana de la Moda de Shanghai se han celebrado en formato virtual. El evento se retransmitió a través de la plataforma Tmall, posibilitanto a los espectadores comprar y compartir en tiempo real los artículos que aparecían en la pasarela (datos, datos, datos.. meter datos).

Volviendo al mensaje de optimismo, la responsable de Desarrollo de Negocio de Alipay y Alibaba Group para España y Portugal afirma que el 66% de las 24.000 empresas encuestadas que venden a través de Taobao y Tmall se mostraron optimistas sobre las oportunidades comerciales para el resto del año. “Esto es alentador, y podría ser una inspiración para las marcas y empresas europeas e internacionales para hacer frente al presente y, lo más importante, prepararse para lo que viene después”, concluye Alba Ruiz.

De capa caída

Pese a que la COVID19 nos está dejando una situación sin precedentes, es elogiable el esfuerzo que dedican los más destacados economistas e historiadores en el análisis de crisis anteriores, para así, sopesar las decisiones más acertadas para la presente situación. 

Sin embargo, se ha de subrayar que sociológicamente la actual crisis carece de antecedentes y que haya llegado en un contexto en el cual los países desarrollados se habían sumergido en la seguridad de la globalización y el panorama del «hiperconsumo”.

“Yo creo que la Globalización ha pinchado y nos ha demostrado con una lección dolorosa que en una situación como esta es necesario tener suministros de fuentes fiables y cercanas (solo hay que ver nuestro sector de la alimentación que ha tenido un funcionamiento espectacular) creo que en un corto plazo veremos a muchas industrias regresar a España y el “Made in Spain” será un sello buscado y solicitado por el consumidor”, señala con firmeza Carlos Perera.

Los efectos de la pandemia serán una resaca que se extenderá en el tiempo y que va a marcar un antes y un después en los hábitos de consumo. El virus ha activado la palanca del cambio para muchos ciudadanos no solo a nivel de consumo, sino de preferencias y valores. El gran interrogante es si está crisis marcará realmente el principio del fin del hiperconsumismo, y el auge del consumo de lo local; la Slow-economy. 

Fuente: FLAT 101 – Foto editada

Si la pandemia que vivimos nos ha dejado algo claro hasta el momento es que nos encontramos ante uno de los mayores cambios que ha vivido nunca la sociedad moderna. Las consecuencias de esta crisis global, que no entiende de nacionalidades, etnias o patrimonios, y que se está llevando a toda una generación ejemplar por delante, son difíciles de imaginar. Aunque no sea momento para reivindicaciones ideológicas o sociales -al menos hasta vencer al adversario- la sociedad ya se plantea qué será de ella cuando todo acabe. Si acaba. ¿Habremos cambiado sustancialmente? ¿Podría esta pandemia global dar lugar a una revolución social? ¿Cambiarán las reglas del juego y los intereses dejarán de ser, en muchas ocasiones, estrictamente económicos? 

Si el cierre de fronteras ha cavado un hoyo en algún mercado, es en el turístico. El consumidor chino es el principal consumidor de compras tax free a nivel mundial y también en España. Y es un comprador del que España se va a tener que despedir durante un tiempo. 

Fuente: FLAT 101

El usuario chino es un gran comprador, en general, de productos de lujo fuera de sus fronteras y, según datos de Woonivers el consumidor chino representa entre un 30% y un 40% de todas las compras sin IVA que se se producen en Europa. Además, Abel Navajas, cofundador de Woonivers, afirma que “no se trata de un turismo masivo, sino exclusivo, de alto nivel adquisitivo y social”.

Con el cierre de fronteras, el cliente chino ya no puede viajar, no viene a Europa y por tanto ha dejado de consumir esos productos de lujo de alto nivel que solo compraba aquí. “Todas las previsiones indican que el flujo de personas a nivel mundial no se restablecerá aún en los próximos meses y que las fronteras (hacia fuera y hacia dentro) seguirán cerradas. Muy probablemente no se permitirán viajes (especialmente de turismo o de compras) hasta bien entrado el otoño o incluso más allá del Q4 de este año”, señala el cofundador de Woonivers.

Con esta realidad, el gran interrogante es qué va a pasar con el comercio del lujo. El tiempo será clave para ver una recuperación en el mercado, sin embargo, el experto apunta otro factor clave: “Se requerirán cambios en las políticas fronterizas de los distintos países, y no es algo que parezca que vaya a producirse de forma inmediata”.

Debido a esto es muy posible que muchas marcas acaben impactadas directamente (especialmente las marcas de lujo europeas), y la clave pasa por analizar cómo tratarán de incentivar las compras locales.Las circunstancias geopolíticas han cambiado para todos, y nos tememos que habrá que esperar a ver cómo evolucionan los mercados antes de saber qué pasará”, concluye Navajas.

Daños colaterales y diferencias socioculturales clave

Si bien los sectores más afectados han sido el turístico y los de servicios, en cuanto a bienes físicos, sorprende la caída del consumo en valores siempre seguros como informática (que solo sube la parte relacionada con el teletrabajo) y telefonía. 

En este sentido, Carlos Perera, Asesor Comercial de Technospain.es nos cuenta que muchos de los distribuidores que hacen trading están intentando colocar la mercancía en otros países para recuperar circulante por la caída de China. A esto se le ha sumado otro factor importante: el año nuevo chino. “Lo que normalmente debía durar un par de semanas este año se prolongó (por decirlo así) casi mes y medio por las medidas en China. No había producto porque no se fabricaba así que, durante el mes de marzo se juntaron varios factores: poco stock, caro y caída del consumo. Algunos distribuidores han intentado vender casi al coste pero ni con esas”.

Pero cuando de aprender de China se trata, hay que tener en cuenta un factor clave: las diferencias socioculturales entre ambos países. El Asesor Comercial de Technospain.es tiene claro que lo que puede aprender España de China: “debemos ser autosuficientes, al menos en materiales y componentes básicos. En China se fabrican materias y componentes que ensamblamos aquí”

Sin embargo, a nivel cultural ambos países son polos opuestos, y desde la experiencia de Carlos Perera, prácticas que en Europa pueden resultar de mal gusto, en la cultura china es una oportunidad de oro: “Para entendernos, podríamos decir que muchos no tienen escrúpulos a nivel empresarial y de trato con clientes, por decirlo de alguna manera. Me refiero por ejemplo y siempre en base a mis experiencias con el mercado, que les da igual vender como sea y al mejor postor. Les da igual que tú seas su cliente desde hace años, si llega otro y le hace una mejor oferta no dudará en venderle a él. Son maestros en pivotar de un negocio a otro. Por ejemplo, con el panorama actual, muchos distribuidores de tecnología y telefonía ahora no dejan de ofrecer el producto estrella: material de protección y sanitario”.

Quien bien aprende, aprende de por vida

Pese a que la COVID19 nos está dejando una situación sin precedentes, es elogiable el esfuerzo que dedican los más destacados economistas e historiadores en el análisis de crisis anteriores, para así, sopesar las decisiones más acertadas para la presente situación. 

Sin embargo, se ha de subrayar que sociológicamente la actual crisis carece de antecedentes y que haya llegado en un contexto en el cual los países desarrollados se habían sumergido en la seguridad de la globalización y el panorama del «hiperconsumo”.

“Yo creo que la Globalización ha pinchado y nos ha demostrado con una lección dolorosa que en una situación como esta es necesario tener suministros de fuentes fiables y cercanas (solo hay que ver nuestro sector de la alimentación que ha tenido un funcionamiento espectacular) creo que en un corto plazo veremos a muchas industrias regresar a España y el “Made in Spain” será un sello buscado y solicitado por el consumidor”, señala con firmeza Carlos Perera.

Los efectos de la pandemia serán una resaca que se extenderá en el tiempo y que va a marcar un antes y un después en los hábitos de consumo. El virus ha activado la palanca del cambio para muchos ciudadanos no solo a nivel de consumo, sino de preferencias y valores. El gran interrogante es si está crisis marcará realmente el principio del fin del hiperconsumismo, y el auge del consumo de lo local; la Slow-economy. 

Fuente: FLAT 101 – Foto editada

Si la pandemia que vivimos nos ha dejado algo claro hasta el momento es que nos encontramos ante uno de los mayores cambios que ha vivido nunca la sociedad moderna. Las consecuencias de esta crisis global, que no entiende de nacionalidades, etnias o patrimonios, y que se está llevando a toda una generación ejemplar por delante, son difíciles de imaginar. Aunque no sea momento para reivindicaciones ideológicas o sociales -al menos hasta vencer al adversario- la sociedad ya se plantea qué será de ella cuando todo acabe. Si acaba. ¿Habremos cambiado sustancialmente? ¿Podría esta pandemia global dar lugar a una revolución social? ¿Cambiarán las reglas del juego y los intereses dejarán de ser, en muchas ocasiones, estrictamente económicos? 

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