En el pasado año 2015 el sector del emprendimiento presenció un récord en el volumen de inversión en ‘startups’ en España: alrededor de 600 millones de euros, según datos de Venture Watch. «No sólo encontramos cada vez más proyectos liderados por emprendedores en nuestro país, es evidente que despiertan interés entre los inversores; aún así, todavía son menos de una quinta parte las ‘startups’ que acceden a fuentes de financiación que no sean fondos propios o de conocidos; así lo corroboran los análisis más recientes de Spain Startup», explica Alfonso López, representante para España de la multinacional ActionCoach.
Sin embargo, esos mismos estudios estiman que sólo el 10% de las ‘startups’ supera el tercer año de actividad. Para Alfonso López el motivo de la elevada tasa de fracaso se encuentra en la formación: «Los nuevos empresarios que deciden emprender por cuenta propia lo hacen cada vez a una edad más temprana, y de una forma autodidacta. Y si bien tienen un gran conocimiento de su producto, enseguida se topan con problemas, por ejemplo a la hora de tratar con empleados, salir al extranjero, acceder a determinados niveles de financiación, etcétera».
En este sentido, la labor de un ‘coach’ es «ayudar a los emprendedores a convertir su proyecto en negocio, y que ese negocio pueda funcionar sin ellos; pero no dándoles manuales e informes, sino acompañándoles en el proceso de aprendizaje», explica Alfonso López. Para conseguirlo, desde ActionCoach apuntan cinco aspectos clave a tener en cuenta:
- Orden. Hay empresas en las que, por ejemplo, la persona que vale para vender está dedicado a la contabilidad o viceversa. Por tanto, hay que hacer análisis de los perfiles de comportamiento de los involucrados en el proyecto.
- Estructura. Todas las empresas se componen de personas, sistemas y medios técnicos, diferenciar cada conjunto sirve para establecer prioridades y responsabilidades, determinar carencias y aplicar mejoras.
- Saber delegar. El emprendedor ha de tener tiempo libre para desarrollar sus mejores ideas, evitando que le atosigue la gestión del día a día de su negocio. Contratar el personal adecuado también es fundamental.
- Planificación. Que unas ‘startups’ funcionen bien y otras mal depende del uso que hagan de las herramientas para conseguir objetivos y ahorrar tiempo. El camino es ser efectivos: ahorrar en costes y aumentar la producción, incrementando los beneficios.
- Evolución. El desarrollo constante en cuanto a formación y metodología de trabajo aumentará el número de clientes, que acudirán más veces; esto implica ampliar la oferta de productos o servicios, y una estrategia para motivar ese incremento de ventas.