El pasado jueves 26 de septiembre tuvo lugar la 10ª edición del Secure Payments & ID Congress en Kinépolis Ciudad de la Imagen, en Madrid. Más de 70 speakers y más de 600 profesionales del sector de los medios de pago, la identificación y autenticación de usuarios, y la gestión y prevención del fraude, se dieron cita para debatir y poner sobre la mesa las nuevas tendencias, retos y oportunidades del sector de medios de pago.
En una mesa redonda en la Sala Lumière, moderada por Tomás Pascual, Commercial Manager de Necomplus; y en la que participaron Néstor Vega, Product Director de Comercia Global Payments; Adrián García, Marketing Director de Getnet Europe; y Pedro Martínez, CEO de TurboPos; analizaron cómo la interacción entre las empresas tecnológicas y los bancos está transformando el panorama de los pagos, impulsada por normativas europeas como la PSD2, que ha propiciado la entrada de nuevos actores y la creación de experiencias más innovadoras.
Tomás Pascual comenzó el debate destacando que la colaboración tecnológica entre bancos y nuevas empresas ha sido impulsada en gran medida por la normativa PSD2, la cual ha permitido que nuevos jugadores accedan al negocio de los pagos. Según Pascual, esto ha obligado a la banca tradicional a evolucionar, buscando la innovación y nuevas propuestas de valor para mantenerse competitiva. «El quid de la cuestión es saber aprovechar las virtudes de cada uno y transformarse para adaptarse a las nuevas realidades del mercado«, mencionó.
Por su lado, el Product Director de Comercia Global Payments señaló que «el sector de los pagos se ha ido transformando en los últimos años, ahora vendemos experiencias de pago basadas en que la solución de la experiencia hace que el negocio crezca. Tenemos que hacer alianzas fuertes para que haya colaboraciones fuertes«. Asimismo, explicó cómo la adopción de nuevas metodologías ha permitido a su empresa impulsar áreas verticales clave y desarrollar alianzas con socios tecnológicos para ofrecer soluciones que añadan valor más allá de los simples servicios de pagos.
Según Adrián García, «la competitividad nos ha despertado a todos, para avanzar en la cadena de valor, ofrecer nuevos servicios que ayuden a los negocios a vender como reza el eslogan de Santander «Vender más». Con nuestras capacidades somos los más adecuados en ayudar a filtrar con quien ir, aunque nuestros procesos sean largos, ayudamos a filtrar las mejores soluciones para nuestros clientes«. Además, resaltó la diferencia estructural entre las fintech y los bancos tradicionales: «La respuesta corta es que no podemos asemejarnos a una fintech«, dijo, destacando que, aunque ambos juegan el mismo juego, las reglas son diferentes, haciendo hincapié en la importancia de aprender de las fintech y tratar de integrar sus prácticas dentro de la banca tradicional.
Pedro Martínez centró su intervención en el impacto que esta colaboración puede tener en las pymes, explicando que muchas pymes están experimentando mayores costes y una pérdida de conexión con los bancos tradicionales, lo que resalta la importancia de que las soluciones de las fintech se integren con la banca para generar valor. «El mercado va a tender a esta integración de datáfono y software y tenemos que estar a la altura de ese valor añadido de la banca para que la pyme pueda acceder. El mercado tiende a que todo esté centrado«, subrayó.
A modo resumen, estos fueron varios puntos clave de la mesa redonda. En primer lugar, la banca tradicional no puede competir con las fintech debido al marco regulatorio, mucho más estricto con la banca. Por otro lado, el legacy bancario no permite cumplir con el “time to market” que demandan los usuarios. Sin embargo, una colaboración entre ambos puede beneficiar a los clientes, permitiendo que la banca aprenda de las fintech y convierta este desafío en una ventaja competitiva.
Además, se destacó que la unión entre tecnológicas y banca es importante para evitar que las pymes se vean perjudicadas en tasas de descuento, por lo que esta colaboración asegura que las entidades puedan filtrar las mejores soluciones y adaptar su oferta al negocio, garantizando un portfolio más sólido y confiable.
En definitiva, el futuro está en evolucionar hacia una «experiencia de pago» integral, más que simplemente ofrecer soluciones de pago. Para ello, banca y socios tecnológicos deben estar alineados.
