En los últimos años, la capital portuguesa ha sido el centro de varios eventos tecnológicos importantes, como el Web Summit, lo que ha provocado que destaque como capital tecnológica del mundo. Sin embargo, no son sólo las bellas márgenes del Tajo las que atraen a los inversores. En Portugal existen ventajas fiscales para las empresas de nueva creación, un verdadero imán para las empresas de alto nivel.
Actualmente, hay un nuevo centro operativo de Google en Lisboa, siguiendo la misma estrategia de las multinacionales del automóvil BMW y Mercedes.
Los barrios de Alcántara, Santos y Marvila, son ejemplos perfectos de reciclaje contemporáneo al cambiar viejos almacenes abandonados por edificios de última generación.
El alto nivel de inglés de la población portuguesa es uno de los principales factores de estímulo para el creciente número de empresarios extranjeros que se convencen y optan por abrir su propio espacio en Portugal, apoyados por un programa gubernamental cuyo objetivo declarado es «facilitar la entrada de trabajadores cualificados que quieran trabajar en el área tecnológica«.
Además, un gran número de empresas gallegas se han trasladado al norte de Portugal.