En la actualidad, el número de compras realizadas por internet se ha incrementado considerablemente. Sin embargo, a día de hoy, los consumidores siguen prestando poca atención a la seguridad de las web donde introducen sus datos personales.
Y es que transmitir confianza a los clientes es primordial para cualquier tienda de venta online. El número de compras por internet aumenta y por ello, todo ecommerce ha de garantizar la seguridad online. En este contexto, las compañías de venta online pueden añadir un extra de seguridad a su negocio con la adquisición de un SSL.
Se trata de un certificado que cifra la información enviada a través de la web, como números de tarjetas de crédito, o datos personales o bancarios, por citar un par de ejemplos, y lo cifra, encriptando la información para que ésta no se pueda usar de forma no autorizada.
Este nivel de seguridad impide que la información pueda ser robada fácilmente por parte de un tercero, reduciendo así el riesgo de que la página web pueda ser vulnerada al mismo tiempo que se incrementa la confianza de los clientes, usuarios y visitantes.
Por ello, Google empezará a penalizar a todas aquellas páginas que “recojan datos de algún tipo”, como un simple formulario o datos bancarios, y no dispongan de un SSL. Tanto es así, que una de las medidas más concluyentes es la de limitar las campañas de Google Shopping, es decir, solo los comercios electrónicos que dispongan de este certificado pueden optar a esta modalidad.