Leroy Merlin, la empresa de bricolaje, busca diversificar ingresos con servicios a empresas, energías renovables y un marketplace para unir a clientes con profesionales.
La compañía rechaza conformarse con limitar sus ingresos a la venta de materiales de bricolaje y los pequeños proyectos de reforma. Por lo que ha iniciado varios proyectos con el objetivo de diversificar sus fuentes de facturación. Una de las medidas más inmediatas ha sido la creación de un marketplace online, que ya está probando en Madrid y Canarias, con la intención de poner en contacto a clientes con profesionales relacionados con trabajos o servicios del hogar.
Otra de las novedades se basa en que pondrá en marcha este año, un servicio de acondicionamiento y reformas a empresas (oficinas, hoteles, restaurantes…) y una línea para asesoramiento y realización de proyectos de energías renovables a particulares. La empresa espera que estos proyectos representen un 25% de sus ingresos en tres años.
El grupo facturó más de 2,6 millones de euros el pasado 2019, es decir un 24,6% más que el año anterior, por la integración de las tiendas de la cadena AKI —sin eso, el crecimiento habría sido del 4,1%—. Sin embargo, la rentabilidad se ha resentido.
Según ha explicado José María Gil, director de servicios y grandes cuentas de Leroy Merlin, la cadena de bricolaje tiene que evolucionar constantemente.