¿Puedo confiar en una inmobiliaria digital para vender mi casa? ¿Es efectivo este nuevo modelo de negocio en comparación con la agencia inmobiliaria tradicional? Quien esté pensando en vender su casa habrá observado que en los últimos meses han aparecido varias compañías en España con una propuesta de valor muy diferente a la inmobiliaria tradicional.
El término inmobiliaria digital hace referencia a aquellas empresas que ofrecen todos los servicios necesarios para vender una vivienda por una tarifa fija, sin comisiones. A priori, una propuesta muy llamativa para el vendedor en España, acostumbrado a pagar entre el 3 y 5% de comisión por la venta de su propiedad. Por norma general, una inmobiliaria digital realizará un reportaje fotográfico profesional, un plano y publicará el anuncio de la vivienda en los principales portales inmobiliarios, impactando a miles y miles de compradores posicionando en las primeras posiciones el anuncio, algo complicado si se vende como particular. A la vez, atenderá y filtrará todas las llamadas y correos de los interesados para que el propietario solo tenga que ocuparse de recibir a los interesados en su casa y negociar el precio final. Muchas de ellas también ofrecen soporte legal en la formalización de la venta.
Tal y como explican desde Cliventa, inmobiliaria digital fundada por Alejandro Briceño e Ignacio González en 2016, una de las características principales de este nuevo tipo de inmobiliaria es el uso de la tecnología para facilitar el proceso, acelerando los tiempos de venta y haciéndolo más transparente, pues el propietario controla en todo momento su venta y tiene contacto directo con el posible comprador, accediendo a su cuenta de gestión online desde cualquier dispositivo.
“Una inmobiliaria digital ofrece todos los servicios que un particular necesita para vender su vivienda como particular, pero con el soporte de un equipo de profesionales y beneficiándose de la mayor exposición que consigue en los portales inmobiliarios», afirma Ignacio González, quien añade que “ello determina el número de visitas que conseguirá por su propiedad y, por ende, el número de ofertas que recibirá”.
Tarifas fijas, ahorro en comisiones y “no exclusividad”
Tanto el vendedor como la inmobiliaria digital se benefician de este fenómeno que la transformación digital del mercado ha iniciado en el ámbito inmobiliario, y ello se ve reflejado en los principales motivos por los que sumarse a esta revolución:
– La tarifa plana: la tarifa fija de una inmobiliaria digital se encuentra en torno a los 1.000€, lo que representa un 90% menos de lo que pagaría el vendedor con una agencia tradicional. Esta diferencia de precio tiene a todo un sector preguntándose: ¿realmente ganan dinero las agencias digitales? La respuesta se encuentra en el ahorro en costes y procesos ineficientes. Una inmobiliaria digital no cuenta con locales en las calles más transitadas de cada barrio de las grandes ciudades, pues opera por internet y por teléfono. Esto genera un ahorro en alquiler mensual que traslada al cliente final. Además, la propia tecnología le permite digitalizar muchos de los procesos hasta ahora “analógicos”, lo que genera eficiencias no solo en tiempo sino también en costes. Este ahorro en costes, sumado a su capacidad para dar servicio a un mayor volumen de propiedades genera economías de escala que sustentan el modelo.
Desde Cliventa afirman haber dado servicio a más de 250 propietarios en los últimos 6 meses y pretenden cerrar el año doblando ese número, cifras impensables para una agencia tradicional de calle.
– La “no exclusividad”: aunque el ahorro sea considerable, no todo es ahorrar en comisiones. De hecho, ahorrar en comisiones puede llegar a salir caro si no consigues el mejor precio por tu propiedad. El modelo de inmobiliaria digital ataca directamente el problema más común de la agencia tradicional… Exclusiva ¿Sí o no? Típicamente, una inmobiliaria tradicional que no tenga exclusiva de una propiedad no invertirá en su comercialización más allá de las acciones comunes, pues no tiene garantizado el cobro de sus honorarios y sabe que existen otras 3 o 4 inmobiliarias comercializando el mismo inmueble. Esto además, genera inseguridad en el comprador, que verá la misma propiedad en los mismos portales con fotos diferentes y, a veces, precios, metros cuadrados u otras características diferentes.
Al ofrecer una tarifa fija y tener sus honorarios garantizados, las agencias digitales invierten en todas y cada una de sus viviendas, sin importar su precio o localización, publicando en más de 50 portales inmobiliarios y consiguiendo las mejores posiciones. Esto da la seguridad al propietario que se está invirtiendo cada día en conseguir la mayor exposición y, como resultado, el mejor precio. De hecho, desde Cliventa sacan pecho y afirman conseguir el 95% del precio de salida que marca el vendedor. “El 50% de las propiedades que comercializamos consiguen comprador en menos de 3 meses”, añade Ignacio González.
Aún con todo esto, está claro que el modelo de agencia digital no es para todo el público, pues el ahorro en comisiones requiere algo más de implicación en el proceso por parte del vendedor. Con sus ventajas y desventajas… ¿Cómo asegurarnos que estamos en buenas manos? Cliventa aconseja, lo primero, comprobar que la agencia digital cumple con todos los estándares de seguridad, su página web sigue el protocolo de seguridad HTTPS:// y está adherida a alguna entidad de cobro online seguro como “Confianza Online”.
Y lo segundo, como todo en la vida, el boca a boca puede hacer que un negocio triunfe o se hunda. Busca opiniones de cada agencia digital, igual que deberías hacerlo con agencias tradicionales. Pregunta amigos o familiares si han utilizado alguna. Aunque el sector inmobiliario ha sido tradicionalmente opaco, algunas agencias comienzan a dar visibilidad a las opiniones de sus clientes. “En Cliventa colaboramos con la entidad internacional de opiniones verificadas Trustpilot para dar voz a todos nuestros clientes, sus opiniones nos ayudan a seguir ofreciendo un servicio profesional completo al mejor precio”, aclara González.