Se mire hacia donde se mire, empieza a asomar una auténtica revolución en el sector del transporte de mercancías, consecuencia de un conjunto de tendencias que se están acelerando exponencialmente. Aunque actualmente esta transformación es todavía incipiente, va a ser posible vislumbrarla de forma mucho más clara a corto y medio plazo.
Has dos aspectos fundamentales que ejercen una gran presión y que fuerzan el cambio del modelo de transporte actual, impactando tanto en las entregas de larga distancia como en las de la última milla:
- Por un lado, el cambio climático y sus consecuencias, que empiezan a hacer mella en la sociedad. El sector del transporte genera una cuarta parte de las emisiones de CO2, lo que lo coloca en el principal punto de mira para el cumplimiento del Acuerdo de París de las Naciones Unidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Para hacer frente a esta situación, las compañías de transporte tienen una agenda de sostenibilidad imperativa y están realizando grandes esfuerzos en el marco de una estrategia de pura supervivencia.
- Por otro lado, el desarrollo de nuevas tecnologías y la digitalización de la industria, la logística y la cadena de suministro (4.0) van a tener consecuencias fundamentales en el funcionamiento del transporte, que va a transformarse en profundidad.
La necesidad de ser sostenibles y respetuosos con el medio ambiente
El estudio “Transitioning to Zero-emission Heavy-Duty Freight”, del International Council on Clean Transportation, es uno de los análisis más prestigiosos del sector y ha profundizado en la evolución de las emisiones de CO2 de las diferentes tecnologías energéticas utilizadas en el transporte (diesel, gas natural licuado, hidrógeno, electricidad, etc.).
Una de las principales conclusiones de dicha investigación es que las energías más eficientes no son las que se están utilizando actualmente. El gas natural es la mejor opción en términos de la eficiencia en la circulación del vehículo, aunque ofrece escasas ventajas desde un punto de vista medioambiental. No obstante, teniendo en cuenta el funcionamiento general del vehículo y no sólo su circulación, la energía que apunta a ser más consumida en un futuro es la eléctrica, ya que tiene visos de ser casi tan eficiente como el gas natural pero en cambio reduce considerablemente las emisiones de CO2. Ésta puede ser suministrada a los camiones de dos formas:
- Con un “trolley” en la parte superior, como si fuera un tranvía, opción que ya se está empezando a poner en práctica en algunos tramos de autopista en Suecia (proyecto “eHighway”). Ahora mismo esto solo es factible si estos camiones cuentan con una tecnología híbrida que les permita circular tanto con diésel como mediante este sistema (por los tramos habilitados para ello).
- A través de una batería recargable. Actualmente su uso es limitado, debido a su alto coste y a la poca autonomía de las baterías, pero el tiempo y los avances tecnológicos sin duda reducirán estos obstáculos.
Es innegable que se está empezando a producir una sustitución de los camiones convencionales por camiones que utilizan otras fuentes de energía, especialmente gas natural y electricidad, aunque de momento nos encontramos en una fase muy inicial. Por otro lado, cabe destacar que para que esta sustitución sea más generalizada es necesario que se produzca un incremento considerable de generación de electricidad a partir de fuentes renovables, aspecto que atañe a las políticas energéticas y medioambientales de cada región o país.
Digitalización y revolución tecnológica
Estamos viviendo un momento fascinante desde el punto de vista de la eclosión de nuevas tecnologías, que afectan a nuestra sociedad de una forma integral. El mundo del transporte no va a quedar indemne a estos avances, al contrario: va a experimentar e incluso protagonizar el desarrollo e implantación de algunas de estas novedades tecnológicas, como por ejemplo:
- Plataformas digitales: la aparición de aplicaciones digitales para la gestión del transporte, juntamente con la implantación de sistemas TMS, permiten que todo el proceso del transporte pueda ser digitalizado, ofreciendo funcionalidades adicionales a sus usuarios: planificación, visibilidad, gestión de documentación, gestión de muelles, monitorización de la carga, etc. Ello permite nuevos modelos de funcionamiento mucho más flexibles que los actuales, basados en el modelo de “crowdsourcing”, con formatos similares al concepto de uberización de la economía, lo que facilita considerablemente encajar demanda y oferta del transporte.
- Inteligencia artificial: uno de los principales talones de Aquiles del sector del transporte es el kilometraje realizado sin carga, que en Europa se estima en un 25%. Los avances en inteligencia artificial, mediante la utilización de sofisticados algoritmos predictivos, ya están permitiendo tratar una gran cantidad de bases de datos y generar estimaciones de cargas a varios días vista. La implantación de tecnologías de esta índole está ofreciendo la oportunidad de una mejor gestión de la capacidad del transporte y el posicionamiento de camiones para poder reducir los kilómetros en vacío.
- Conducción autónoma: hay diferentes niveles de conducción autónoma, siendo uno de los primeros estadios el Platooning, iniciativa que promueve la UE y de la que se empezarán a realizar pruebas piloto este año. El Platooning es una agrupación de vehículos que incrementa la capacidad de transporte de las carreteras. Reduce la distancia entre vehículos empleando enganches electrónicos y dispositivos mecánicos y permite que puedan acelerar o frenar sincronizadamente. De esta forma se elimina la distancia de reacción necesaria para los humanos, permitiendo insertar una mayor cantidad de vehículos en las carreteras. Sus principales beneficios son la reducción de CO2 y la mejora en la seguridad. También se han realizado pruebas de conducción 100% autónoma, aunque con conductores en la cabina de conducción, y hay especialistas que consideran que puede ser una realidad a 3-4 años vista, al menos en conducción por autopistas.
Impacto en el transporte a larga distancia
Entrando en el ámbito específico del transporte de larga distancia, ¿cuáles son las tendencias a corto plazo?
- Adquisición y utilización de vehículos que funcionan con gas natural, ya que respecto al diésel implican una reducción de emisiones de como mínimo un 7% y de un 16% de los costes de combustible.
- Aparición de versiones mejoradas de camiones eléctricos, con mayor autonomía, reducción importante de las emisiones de CO2 y de hasta un 20% en el caso de los costes de funcionamiento.
- La implantación progresiva de los megacamiones, que incrementan la capacidad de carga en un 57% (hasta 52 palets), reduciendo consecuentemente tanto las emisiones de CO2 como los costes de funcionamiento (22% y 20% respectivamente).
- Pruebas cada vez más generalizadas de Platooning, que puede reducir las emisiones de CO2 (16%) y los costes de funcionamiento (10%), así como de otras modalidades de conducción autónoma.
- Proyectos varios de mejora operativa: aplicación de motores diésel que cumplen la normativa de la UE Euro 6 Engine, formación sobre conducción eficiente para los conductores actuales, reducción del peso de los vehículos, utilización de ruedas de baja resistencia, etc.
Impacto en el transporte de la última milla
El transporte urbano también se verá transformado por todas estas circunstancias. Estas son algunas de las tendencias que se generalizarán a medio plazo:
- Uso de vehículos eléctricos de reparto de menor tamaño, que operan apoyados por almacenes urbanos exclusivos para la distribución de la última milla.
- Utilización de motos o bicicletas eléctricas para reducir las emisiones y la congestión del tráfico, a la vez que se adaptan mucho mejor a las normativas de circulación en los centros urbanos. Empresas como DHL o UPS ya están realizando pruebas en este sentido.
- Circulación y preentrega nocturna. Los tráilers entrarán por la noche en los centros urbanos y dejarán aparcada la caja del camión como almacén urbano. UPS está haciendo pruebas piloto de este tipo en varias ciudades europeas.
- Entrega desasistida nocturna: en este caso el transportista cuenta con las llaves de los clientes y realiza una entrega nocturna, evitando el tráfico diurno.
- Soluciones de “crowdsourcing” específicas para la entrega domiciliaria. Hay varias iniciativas de este tipo en marcha, como las de Amazon Flex, Stuart o las promovidas por Uber.
- Entrega domiciliaria a través de robots, con una proliferación de pilotos ya en funcionamiento tanto en Europa (Starship, Teleretail) como en Estados Unidos (Marble / Yelp Eat24).
- El desarrollo del concepto de las “Smart Cities”, que engloban varios conceptos anteriores para promover la movilidad compartida, la conducción autónoma, la electrificación de los vehículos, la conectividad y el Internet de las cosas para mejorar la circulación en las ciudades a través de la colaboración público-privada.
Conclusiones
Los procesos de cambio y la inclusión de nuevas tecnologías descritos en este artículo deben ayudar en el reto de satisfacer a un consumidor cada vez más exigente, pero sin olvidar otro tema fundamental: deben ser respetuosos con el medio ambiente. Para cumplir los Acuerdo de París de las Naciones Unidas es necesario reducir las emisiones de CO2 un 20% y esta reducción no será posible sin una trasformación profunda del sector.