Durante la pasada edición de SHOPTALK celebrado en Las Vegas (NV, Estados Unidos) pudimos conocer a fondo la startup Houzz de la mano de su fundadora, Adi Tatarko. Podríamos definir a Houzz como una gigantesca red social enfocada al mundo del diseño y el hogar que inspira y pone en contacto usuarios que quieren “crear un hermoso espacio para ellos y su familia” – señalaba Tatarko – con profesionales de tu zona (contratistas, diseñadores…).
Houzz nace en 2009, para dar respuesta a la propia necesidad de Tatarko y su marido (Alon Cohen, co-fundador) de reformar su propia casa. Cansados de ojear decenas de revistas de Hogar, se plantearon crear Houzz como una herramienta donde inspirarse, presupuestar una reforma, contratar a los profesionales necesarios, así como los materiales, muebles o elementos necesarios para ello. O en palabras de Tatarko, “romper la brecha entre me gusta algo, en realidad puedo conseguirlo y se ajusta a mi presupuesto y estilo”.
Houzz cuenta con una comunidad de más de 40 millones de usuarios, de los cuales unos 1,5 millones son profesionales que diariamente suben imágenes, videos, dando consejos y debatiendo con los usuarios. “No hemos invertido en publicidad, nuestra comunidad ha crecido por todo el mundo gracias al boca-a-boca. Houzz ha crecido gracias a la propia demanda de la comunidad, no como un negocio tradicional, puesto que en realidad nace como una herramienta de ayuda para resolver los problemas del usuario a través de crear la mejor tecnología posible. La experiencia de usuario sigue siendo nuestra prioridad número uno y ello es lo que nos ha ayudado a generar un negocio basado en la demanda por parte de la misma comunidad”, sostiene Tatarko.
Todo ello gestionado por un equipo, el de Houzz, que cuenta con 1.300 trabajadores y tiene presencia en con oficinas en varios países (Londres, Berlín, Sydney, Moscú, Bangalore y Tokio) y que le ha llevado a levantar varias rondas de financiación por valor de 169 millones de euros y que hoy en día, según los analistas, sitúan su valoración en el mercado por encima de los 2.000 millones de dólares. ¿Salida a bolsa? – le preguntaba su interlocutora durante la entrevista que mantuvieron en Shoptalk -, “de momento no, tenemos otras ideas en la cabeza, pero no lo descatarmos a futuro”.
Modelo de negocio
El hilo conductor en Houzz son sus imágenes, que inspiran y mueven al usuario para darle ideas de qué hacer con su casa. Houzz cuenta con más de 14 millones de imágenes de alta calidad subidas por los propios usuarios. Su modelo de negocio tradicional radica en ayudar a los profesionales locales a potenciar y construir su marca cobrando un fee anual.
Como modelo de negocio alternativo, dentro de estas imágenes los usuarios también pueden encontrar un amplio catálogo con más de 8 millones de productos de 18.000 proveedores diferentes que los usuarios pueden comprar directamente desde la aplicación. Además, Houzz tiene una solución de Realidad Virtual e Inteligencia Artificial integrada en su app mobile con la que el usuario puede seleccionar un producto o elemento y visualizar cómo quedaría a escala real en su salón, cocina, dormitorio, etc.
Expansión internacional
Tras consolidarse en Estados Unidos, desde Houzz se dieron cuenta de que el 30% de todo su tráfico procedía de fuera de sus fronteras, y aunque inicialmente no tenían ánimo de expandirse, en verano de 2014 comenzaron a dar los primeros pasos para llevar la comunidad a otras partes del mundo.
Comenzaron con Europa, un mercado similar al estadounidense, desembarcando en UK, Alemania, Francia, España e Italia para posteriormente aperturarse en Australia, Japón, Singapur o India. Sin embargo, “cada país es un mundo, por ejemplo en Japón, el gobierno está fomentando entre los jóvenes la compra de vivienda nueva, más que apostar por las reformas; mientras que en India, antes de desembarcar, logramos que más de 50.000 profesionales crearon un perfil y más de 1 millones de usuarios formaran parte de la comunidad”. “Queremos que nuestro equipo esté facultado en todo el mundo y queremos ejecutar el negocio de una manera que tenga sentido para la comunidad global”, concluyó Tatarko.