España crecerá el doble que la eurozona en 2025. Este dato se desprende del informe “Economic Outlook 2025” elaborado por el Instituto Económico de Mastercard (MEI por sus siglas en inglés).
Mientras la economía mundial se espera que se acelere hasta el 3,2% en 2025, tras un ritmo del 3,1% en 2024, y la de la Eurozona un 0,9%, en España, el crecimiento del PIB será del 1,9%, en un contexto en el que la inflación se mantendrá en un 2% y en el que el consumo seguirá resistiendo, a pesar de la instauración a nivel comunitario de una política fiscal más restrictiva, y de la incertidumbre comercial.
El informe, que perfila un análisis único con datos agregados y anónimos de la red de Mastercard y de fuentes de terceros, y analiza las tendencias clave en 74 mercados mundiales, entre ellos España, establece unas conclusiones para entender el comportamiento de los consumidores de cara a 2025 y poner de relieve la fortaleza de algunos sectores clave como el turismo o la restauración:
- Moderada aceleración del crecimiento en Europa. Aunque es probable que la inflación en la mayoría de los países europeos se acerque al objetivo de los bancos centrales a medida que se enfríe la inflación de los servicios, el crecimiento se verá estimulado por factores como la bajada de los tipos de interés, aunque también podría verse negativamente afectado por el endurecimiento de las políticas fiscales y las incertidumbres que rodean al comercio mundial.
- El consumo se sigue manteniendo en Europa. Se prevé que las tasas de desempleo se mantengan en niveles bajos, aunque en algunos países puedan repuntar ligeramente. El crecimiento de la renta real disponible -la diferencia entre los aumentos salariales y la inflación- seguirá siendo positivo, lo que garantizará la recuperación del poder adquisitivo de los consumidores. Mientras tanto, la bajada de los tipos de interés aliviará la presión hipotecaria de los hogares con hipotecas variables. Los tipos de interés más bajos también deberían desincentivar las tasas de ahorro de los hogares, actualmente elevadas. En cuanto a España, el MEI establece que el gasto de los consumidores aumentará un 2% en 2025.
- Las alternativas turísticas más asequibles ganan popularidad en Europa. En el sector de los viajes, los turistas europeos preocupados por el precio optarán por alternativas menos caras o menos masificadas a los destinos tradicionales. Por ejemplo, Dublín registra un mayor crecimiento de las transacciones hoteleras que Londres, mientras que Copenhague supera a Ámsterdam. Del mismo modo, Estocolmo, la “Venecia del Norte”, está ganando terreno a Venecia, y Sevilla ofrece una alternativa atractiva a Madrid, así como Valencia gana terreno a Barcelona. Los viajes intrarregionales, sobre todo dentro de Europa, dominan el gasto hotelero transfronterizo.
- Se sigue apostando por las experiencias. El gasto en experiencias y “grandes momentos” se mantiene estable. Sin embargo, se espera que la bajada de los tipos de interés amplíe el gasto al impulsar las compras de artículos de gran valor como la electrónica, muebles y electrodomésticos.
- El auge de la ‘SHEeconomy’. El mercado laboral mundial, incluyendo a Europa, está asistiendo a un notable estímulo en la reincorporación de la mujer al trabajo, también conocido como fenómeno de la “SHEeconomy”. Casi todas las economías europeas han registrado aumentos significativos de la tasa de actividad femenina – del 1.43% en España entre 2019 y 2023– impulsados en gran medida por una mayor flexibilidad laboral, una mayor creación de empleo en sectores como la sanidad y la educación, y un punto de partida inferior que permite un mayor margen de crecimiento.
Resumen 2024: los españoles hacen más turismo internacional que local
El informe del MEI señala a su vez que, en líneas generales, los consumidores europeos siguen siendo sensibles a los precios, optando así por productos y servicios más económicos que por los de gama alta, un comportamiento que debería remitir gradualmente a medida que mejore el poder adquisitivo. Sectores como la restauración, la moda o los viajes son algunos en los que existe una amplia gama de opciones para elegir en cuanto a precios.
Los españoles, según las conclusiones del informe, siguen siendo sensibles al precio en lo que respecta a la moda: el porcentaje de gasto en opciones económicas aumentó en 0,7 puntos porcentuales en el tercer trimestre de 2024 en comparación con el tercer trimestre de 2023. Sin embargo, la sensibilidad al precio disminuye en el gasto en restaurantes, donde en el mismo periodo de tiempo los españoles han aumentado el porcentaje de gasto en 4,8 puntos porcentuales frente a los establecimientos de comida rápida. Del mismo modo, en lo que respecta a los viajes, los españoles viajaron más al extranjero que a su propio país el verano pasado.
El hecho de que en España la sensibilidad al precio de los consumidores haya disminuido en dos de los tres sectores refleja una mayor confianza de los consumidores como resultado del mayor crecimiento económico en comparación con otros países europeos.
Natalia Lechmanova, Chief Economist en Europa del Instituto Económico de Mastercard, afirma que “el crecimiento económico de Europa se acelerará modestamente en 2025, apoyado por el descenso de los tipos de interés, pero seguirá siendo débil, ya que el endurecimiento de la política fiscal y la incertidumbre comercial actuarán como viento en contra. Los consumidores seguirán siendo el punto fuerte, respaldados por la solidez de sus indicadores fundamentales y la recuperación del poder adquisitivo. Aunque la sensibilidad a los precios se modere, es probable que los consumidores sigan apreciando el valor a la hora de elegir experiencias enriquecedoras o adquirir nuevos productos”.
Juan Pablo Vivas, director general de Mastercard España asegura: “los datos que ofrece el informe del Instituto Económico de Mastercard sitúan a España en una posición muy favorable para encarar 2025, no sólo en términos macroeconómicos, también por el comportamiento en el gasto que estamos viendo en la última parte del año entre los consumidores españoles. Así, el hecho de que no haya tanta sensibilidad al precio en sectores clave como el turismo o la restauración confirma un impulso al consumo que se mantendría en el 2025”.