En los últimos diez años diversas transformaciones han impulsado el ecommerce y generado nuevos retos a resolver: si tenemos en cuenta el número de dispositivos móviles, en 2008 una de cada cien personas tenía un smartphone. En la actualidad, uno de cada cinco posee este dispositivo. Asimismo, la población urbana ha aumentado en mil millones, lo que significa que prácticamente la mitad habita en una ciudad.
Estos factores, junto al desarrollo de la industria, han propiciado un crecimiento abismal en las ventas, que pasaron de 290 mil millones en 2008 a casi dos billones de euros en 2018.
Ante este contexto de grandes y pobladas urbes, las empresas logísticas deben hallar nuevas soluciones que permitan responder a las demandas actuales.
Porque hoy se compra online más que nunca, pero, además, se busca aquello que satisface antes y mejor nuestras necesidades. Y no solo eso, exigimos que tanto producto como entrega sean sostenibles y éticas, aunque eso implique pagar un extra.
Y es que, entre los factores más relevantes en la compra se encuentran “el mejor precio”, “el tiempo de entrega”, la “capacidad para entregar en cualquier lugar y momento” y “sin gastos de envío”, lo que denota la relevancia que adquiere la logística a la hora de eliminar fricciones en el proceso de compra.
Un modelo ‘glocal’ aplicado a la logística
De acuerdo con expertos de DHL Parcel, las preferencias de los clientes van más allá de la velocidad, de hecho, dos de los aspectos más importantes son la conveniencia y la predictibilidad. Una manifestación de que los consumidores demandan formas de entrega flexibles y precisas ajustadas a sus necesidades y expectativas.
Atender estas peticiones implica una transformación de las redes logísticas: de un modelo centralizado, enfocado en grandes hubs nacionales, a uno descentralizado en el que predomine la proximidad y localidad de los centros fulfillment.
Un modelo basado en la micrologística, preparado para gestionar una gran cantidad de envíos pequeños y frecuentes (justo lo contrario al anterior).
Rutas de reparto más sostenibles
El importante aumento en el volumen de envíos también tiene sus repercusiones sociales y medioambientales. Las grandes ciudades ya están suficientemente congestionadas, tanto por tráfico, como por densidad de población.
Es por ello que se deben desarrollar formas alternativas de reparto que se adapten al centro de las ciudades y las nuevas exigencias medioambientales. En este sentido y, en relación con el modelo ‘glocal’ anteriormente citado, DHL Parcel colabora en nuestro país con Koiki y sus famosos “andarines”. Esta es una empresa de carácter social formada por personas con discapacidad para hacer la entrega a pie dentro de cada barrio.
La reducción de emisiones también pasa por una transformación de los vehículos empleados en la entrega. DHL Parcel Europe, ya cuenta con una flota de coches eléctricos y, además, en ciudades como Madrid también hace entregas en bicicleta. Una solución limpia y que, al evitar el tráfico, permite acortar tiempos de entrega en el centro de las ciudades.
La data marca el camino
Otra de las grandes disrupciones que están contribuyendo al aumento de la eficiencia y de los tiempos de entrega es el uso del Big Data.
Un ejemplo de su aplicación es el uso que DHL Parcel hace de este tipo de datos para optimizar sus rutas diarias de reparto. Esta tecnología planea rutas en tiempo real teniendo en cuenta factores como el tráfico, el clima, etc., aumentando la productividad en la última milla entre un el 20-40 %.
Pero quizá una de las aplicaciones más interesantes es la posibilidad de predecir la demanda futura mediante machine learning. Con base a los datos recabados, la tecnología es capaz de generar un pronóstico diario de las órdenes de envío. Lo que permite tomar mejores decisiones sobre la gestión de las entregas y anticiparse a los posibles picos de demanda.
Flexibilidad para optimizar envíos y devoluciones
El último, y quizá uno de los principales pilares sobre el que sustenta el futuro próximo de la última milla pasa por la diversificación y flexibilidad de las opciones de entrega.
Opciones como el cambio de fecha o lugar de entrega, permiten evitar la frustración que provoca a los clientes esperar sus envíos en casa y posibles segundos intentos de entrega causados por su ausencia.
Asimismo, la imperante demanda, unida a la premura y conveniencia que exigen los clientes, requiere la aplicación de nuevas formas de entrega —más allá de la habitual en puerta— que agilicen el proceso.
En esta dirección trabaja DHL Parcel, quien ha desarrollado la red de puntos de recogida y devolución más grande de Europa (más de 61.000 en total y 3.500 en la Península) con el objetivo de incentivar una entrega que convenga tanto al courier, como al cliente. Todos sus puntos, también llamados ServicePoints, se encuentran siempre a 10 min. del cliente —a pie en zonas urbanas, y en coche en entornos rurales—.
En un futuro próximo, se incorporarán paulatinamente sus taquillas electrónicas, que se irán instalando en algunos puntos de Madrid a lo largo de 2019. Este servicio, que lleva desde 2001 en Alemania, permite a los clientes recoger y devolver sus compras online en cualquier momento de forma automática.
Como podemos comprobar, todas estas iniciativas, así como otras pruebas piloto que está llevando a cabo en Alemania —por ejemplo, la entrega en el maletero de los clientes—, suponen una absoluta revolución que está transformando el sector de la logística en pos de ofrecer la mejor experiencia de compra.