El pasado 30 de noviembre entró en vigor la ordenanza de Madrid Central. Una medida que restringe de manera considerable la circulación en una de las zonas más concurridas de la capital que abarca un total de más de 40 kilómetros cuadrados.
Hasta el momento, en Madrid Central circulaban alrededor de 230.000 coches. Sin embargo, con estas restricciones se calcula que se reducirá de la atmósfera un 40% de emisiones de gases contaminantes (NO2), ya que habrá un 37% menos de tráfico en el centro de la capital. Algo que supone un reto para la última milla y las entregas de las compras online.
De hecho, el e-commerce en España no para de crecer. 7 de cada 10 internautas adquieren sus productos online. O lo que es lo mismo, alrededor de 19,4 millones de españoles ya son usuarios del comercio electrónico. Esto se traduce en un aumento en el reparto de esas compras y por lo tanto en más furgonetas circulando por la capital, ocupando espacio, produciendo atascos, ruidos y polución. Y es que, transformar el centro de Madrid en un espacio más limpio implica cambios que afectan a todos los vehículos sin excepción alguna.
Una de las primeras consecuencias, es que las empresas de mensajería van a tener que realizar cambios en sus flotas. Se estima que estas medidas podrían alcanzar un coste añadido de hasta 80 millones de euros.
Citibox, permite que el 100% de los paquetes se entreguen ‘a la primera’. Esto es posible gracias a una app y buzones inteligentes, instalados en los edificios, que permiten al usuario recibir los paquetes de sus compras online sin necesidad de estar en casa o en la oficina.
De este modo, el repartidor no tiene que volver al domicilio en otras ocasiones. Algo que se traduce en menos viajes, menos tráfico, menos ruido y una reducción diaria de más de 5,5 toneladas de CO2. Citibox se une así a otras tantas empresas que apuestan por la sostenibilidad y creen que un nuevo modelo de ciudad es posible.